No, pero a tu egoísta cerebro no le bastó con llevarse mi corazón de oro, también tuvo que dispararlo con flechas de plomo, desenterrando de nuevo mis traumas de abandono. Tampoco le bastó con robar de mi vida su escasa felicidad, también tuvo que hacer de mi mente una catastrófica tempestad, permitiendo que en mi cuerpo gobiernen mis crisis de ansiedad ¡Devuélvemelo, pícara ladrona! El brillo de mis ojos, me pertenece ¡Tráemela de vuelta, estafadora de las mentes! Mi pobre inocencia, era mía anteriormente.
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Tienes que Perderte para Encontrarte
PoetryCada capítulo es un mundo de diferentes metáforas que te llegarán al corazón.