Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, el régimen nazi se encuentra en su peor momento. Los aliados han derrotado a las fuerzas alemanas en Europa y el ejército nazi se encuentra en retirada. Los altos mandos de Hitler saben que el fin del régimen...
El Palacio del Reich resonaba con la actividad frenética de los altos mandos, cada uno preparándose para el próximo paso en la expansión del imperio nazi en Gran Germania. Friedrich Gödel, el canciller en funciones, se encontraba en el centro de la acción, coordinando los detalles finales del ataque planeado contra el nuevo imperio.
La sala de reuniones estaba impregnada de una atmósfera tensa y expectante, mientras los altos mandos se agolpaban alrededor de la mesa central. Gödel, con su imponente presencia, tomó la palabra.
"Compañeros, el momento de la acción ha llegado," anunció, su voz resonando en la sala. "Hemos descubierto una amenaza pirata en las fronteras de nuestro territorio. Es hora de mostrar nuestra fuerza y asegurar nuestra supremacía."
Las tres facciones se alinearon junto al canciller, listas para seguir sus órdenes. Entre ellos, una nueva figura emergía: el padre de Erika, un hombre de riqueza incalculable y conexiones poderosas en el universo galáctico. Su influencia en las defensas y su asociación con las SS, aunque disimulada, agregaban un nuevo elemento a la ecuación.
El padre de Erika, con una mirada penetrante, se dirigió a los presentes.
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"Nuestro destino está en nuestras manos. Con nuestros recursos combinados, podemos asegurar la victoria en esta empresa."
Los altos mandos asintieron en acuerdo, conscientes de la importancia de esta misión. Sin embargo, en los rincones oscuros del palacio, los movimientos de los oficiales recordaban a una danza elaborada. Vestidos con trajes inspirados en la Segunda Guerra Mundial, los colores del canciller Gödel, un tono de gris acero, contrastaban con los tonos oscuros de los muebles y las plantas exóticas que adornaban la sala.
Los murmullos de conversaciones intrigantes se mezclaban con el zumbido de los focos y el suave crujir de las plantas. Gestos y miradas furtivas entre los presentes revelaban un telar de secretos y maquinaciones, cada uno guardando sus cartas cerca del pecho mientras se preparaban para el choque por venir.
En medio de la tensión palpable, Lucas y Verace se preparaban para su papel en la ofensiva. Con sus habilidades y determinación, estaban listos para enfrentarse a cualquier desafío que se presentara en el campo de batalla. Sin embargo, no podían evitar sentir una ligera incomodidad ante las crecientes tensiones y las intrigas políticas que se desarrollaban a su alrededor.
El destino de Gran Germania y el nuevo imperio estaba en juego, y cada movimiento estratégico traería consigo consecuencias inimaginables. En un universo donde el poder y la ambición se entrelazaban, solo el tiempo revelaría el verdadero alcance de la maquinación que estaba en marcha.
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Lucas se encontraba en su habitación, mirando fijamente el techo mientras reflexionaba sobre las semanas que habían pasado desde el encuentro con la nave alienígena. La misión había dejado una huella profunda en él, alimentando tanto su ambición como sus dudas internas.
