❝ ━Eres demasiado frágil que no dudaría en quemar al mundo si un día me arrebatan de ti❞
Junko llegó a la vida de Goku de una forma muy inesperada luego de que ella sirviera en su deber de cuidar la joya de las deidades, y conocer al pequeño Gohan.
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ぱ ━━❝ 𝐭𝐡𝐞 𝐚𝐫𝐫𝐢𝐯𝐚𝐥 𝐨𝐟 𝐭𝐡𝐞 𝐬𝐚𝐢𝐲𝐚𝐧𝐬 𝐭𝐨 𝐞𝐚𝐫𝐭𝐡 ❞
—¿Has pensado en ponerle un nombre? —pregunta Goku al momento en el qué ve al pequeño lagarto azul sobre su pecho mientras juega.
—No soy buena con los nombres —respondí volviendo a mi tarea.
—Yo menos —murmuró, se sentó debajo de la copa del árbol y sentí su mirada, esa mirada intensa que me hacía sentir de una u otra forma nerviosa —. ¿Por qué no intentamos?
—¿Ponerle un nombre? —elevé una ceja, él asintió sentándose ahora mirándome fijamente —. No te rendirás tan fácil, ¿O si?
Negó con la cabeza, suspiré.
—¿Qué tal Yoko?
—Al parecer no le gusta —dice, viendo al lagarto en mi mano que se había sentado sobre sus patas traseras.
—Shinju —gruñó, esto tardaría más de lo que presiento.
—Rina —dijo Goku, el pequeño lagarto lo mordió a lo que Goku lo elevó desde ahí viéndolo aferrado a su dedo, soltó una risa.
—Ryuu —el pequeño lagarto soltó y Goku lo sostuvo en su mano cuando me miró fijamente.
—Creo que le llamó la atención —dijo él —. Ryuu.
El pequeño lagarto ahora llamado Ryuu, pasó a mi mano de un salto y movía sus pies emocionado, mirando a ambos.
—Ryuu será —acaricié su cabeza con mi dedo pulgar, aún no entiendo cómo es que Ryuu no se ha separado de mí.
Hubo un silencio en medio de ambos, al que no parecíamos incómodos sino que ahora más relajados, más Goku, por el entrenamiento que ha estado haciendo y apenas pudo tomarse un descanso.
—¿Me acompañarás de nuevo a la tierra una vez que me revivan? —pregunta de repente.
Lo miré un momento, él ya estaba haciéndolo lo que me causó un escalofrío en mi espalda.
—Debo volver antes del año, considerando que probablemente ya pasaron alrededor de unos ocho meses y no fui a mi destino principal —expliqué, Ryuu se colocó en medio de los dos —. Además podrán resolverlo, lo presiento, iré a ver a Gohan apenas todo termine.
Nos quedamos en silencio, de esos silencios que no eran incómodos sino en los que sobraban palabras para adivinar el punto en el que el otro quería saber del otro.
