❝ ━Eres demasiado frágil que no dudaría en quemar al mundo si un día me arrebatan de ti❞
Junko llegó a la vida de Goku de una forma muy inesperada luego de que ella sirviera en su deber de cuidar la joya de las deidades, y conocer al pequeño Gohan.
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ヸ ━━ ❛ 𝖫𝖺 𝗏𝗈𝗓 𝖾𝗇 𝗆𝗂 𝖼𝖺𝖻𝖾𝗓𝖺 ❜.
Asami
—Ya terminamos, señorita Asami —dijo Gohan al otro lado del valle, elevé mi brazo para avisar a los aldeanos.
—¡Pueden abrirlo!
Cada uno reunió fuerzas en la cuerda para poder quitar la roca de la cueva y preparar mi arco con dos flechas, Gohan se encargó de mantener a Midori detrás de él por si la bestia era más rápida que mi puntería, dentro de la cueva se divisaron seis ojos ámbar, fruncí el ceño, el olor del humo a hierba santa lo hizo salir y en cuanto emprendió vuelo al cielo disparé.
—¡Le dio! —exclamó uno de los aldeanos.
La bestia de gran tamaño cayó en una parte del bosque, algunos aldeanos vitorearon y el viento me hizo cosquillas, Ryuu me miró en su gran forma listo para ir a ese lugar.
—Gohan, Midori. Quédense aquí y regresen a la aldea hasta que vuelva, ¿De acuerdo?
—¿No quiere que la acompañemos?
—Gohan tiene razón, puede necesitar ayuda —la forma en que ambos me miraban hacia que fuera algo difícil negarme pero me mantuve firme.
—Lo siento, niños. No hoy —me monté en Ryuu para ir con Hiroshi a dónde aterrizó esa criatura.
Luego de ver al Lord en el bosque, supe que tenía que tener mis medidas, la forma en que miraba me daba certeza que no mataba por mera diversión, sino por algo más. Aunque sabía que ésto iba a implicar muchas más cosas, los demonios han sido muchos que han atacado aldeas, día y noche no me dan esa tranquilidad ya que vivo más adrenalina que de costumbre, agradezco a Hiroshi que me ha ayudado a que la carga sea menos pesada.
—Dilo. —hablé, Hiroshi quién montaba a Aiko, su nekomata, me miró —. No has dejado de verme como si fuera a romperme todo el día.
—A-ah...¡No es lo que crees! Solo...te he visto muy cansada —dijo él bajando su tono —. Debe ser por la carga de los demonios, ¿Has dormido un poco?
Lo miré de reojo, aunque era un gran compañero parecía muy preocupado y peor que la anciana Suzuka.
—En este momento, dormir no se incluye en los primeros puestos de mis prioridades.
—Lo sé, quería asegurarme de que...
—Llegamos. —corté, me adelanté con Ryuu para ver a la bestia.
