Capítulo 2 - Lejos del Nido

98 9 2
                                    

El silencio sobre el claro erizó el plumaje de Glory, después de los truenos, cualquier movimiento de las hojas le provocaba una ansiedad terrible, pero no podía saber hacia dónde volar para evitar ser atacada también. Tragó saliva con dificultad y tras unos segundos eternos de nulo movimiento, pensó que podía empezar a alejarse. Dio unos cuantos pasos hacia atrás, pero entonces escuchó una voz emerger del otro lado del claro.

—Apóyame con el absol.

Glory se congeló, ¿la habrán escuchado? Quiso evitar dar su siguiente paso, temiendo que hiciera ruido con las ramas y hojas secas del suelo. Tras pensarlo con terquedad, se volvió a mover entre la vegetación, atreviéndose a mirar de reojo lo que sucedía bajo los rayos del sol.

Era un zeraora... ¿un zeraora? ¿Qué hacía un mítico haciéndose cargo de simples bandidos? Vió al pokémon levantar con cuidado al debilitado lucario.

«Seguro los llevarán a Ciudad Coral...»

Pensó, cuando quiso moverse otra vez, sintió bajo sus garras un ardor que llegó hasta su piel, haciendo que rápidamente retirara su paso, ahogando un chillido de dolor.

«¡¿Qué fue...!? ¿Ah?»

Observó el suelo y se encontró con ni más ni menos que la escama. Glory no había puesto atención al absol por el alboroto que había entre él y el lucario, ¡casi se la llevaba! De seguro había salido volando por la pelea.

Volvió a voltear a hacia el claro, viendo nuevamente al zeraora y el lucario... algo se le hizo raro, ¿no estaba el zeraora hablando con alguien más?

—¡Darla!

Escuchó una voz fuerte detrás de ella. De inmediato, Glory extendió las alas y se elevó con inquietud, tratando de emprender la huída con la escama, ¡ni siquiera se molestó en mirar atrás la criatura que había aparecido, sólo sabía que iba a alejarse de él! Para desfortuna suya, el misterioso pokémon alcanzó a agarrarla de la garra y la devolvió al suelo de un brusco jalón que la estampó contra el suelo.

—¡Encontré un mirón!

Anunció su atacante, ¡el cual todavía no la soltaba de su agarre! Cuando Glory se revolvió para mirar de quién se trataba, descubrió que se trataba de un gran blaziken.

—Kento, suelta a ese decidueye.

Escuchó al zeraora, dicho se encontraba más tranquilo y sereno que el pollo que la había descubierto. Ante la orden, el tal Kento la soltó sin cuidado, pero no se separó de ella.

—¿Cómo sabes que no es otro bandido de esos?

Glory se sintió ligeramente ofendida por la testaruda desconfianza con la cual la atacaba Kento, pero las palabras que quería utilizar en su defensa se quedaron atrapadas en su lengua. Le enojaba la impotencia que generaba su timidez, simplemente no se atrevía a contestarle a un tipo fuego, mucho menos a aquellos pokémon que habían logrado debilitar a los bandidos.

—Los decidueyes viven en esta parte de la jungla.

Contestó el zeraora, Darla ¿era ese su nombre? Este se acercó cargando al lucario, fijando sus ojos en Glory. Pensativo, añadió:

—Además, esta en particular no parece ser una amenaza, ¿cómo te llamas?

Glory aprovechó para levantarse rápidamente y mirar bien al zeraora. El mítico hablaba con un tono más amable y persuasivo, definitivamente estaba más cómoda hablando con él que con el blaziken. Aún así, se encontraba ansiosa.

—Glory.

Contestó casi sin pensarlo, pero muy bajo ¿acaso olvidó que no debía hablar con extraños? Si sus padres se enteraban que se encontró no solo con bandidos, sino también exploradores, no la dejarían salir en meses ¡Tanto que le había costado convencerlos de salir! Sintió mucho calor dentro de su capucha, no sabía qué haría si la volvían a encerrar en el Nido. Darla pareció notar eso, así que mantuvo su tono tranquilo.

Mythical Hex - ESPAÑOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora