Onze

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POV Juliana

-¿Quieres que hagamos un descanso?

Había pasado una hora y media desde que Valentina había comenzado a trabajar en el cuadro. A penas me había mirado directamente a los ojos cada vez que me había observado desde detrás del lienzo. Eso me había dado la oportunidad de fijarme en ella más de lo que podía permitirme habitualmente. Me parecía adorable la forma en la que sacaba la lengua mientras estaba concentrada y lo guapa que estaba, si es que era posible estarlo más.

Empezaba a tener las piernas y los brazos algo entumecidos, así que se lo agradecí. Necesitaba aquella parada, ya que además tenía que ir al baño.

-Sí, por favor - le sonreí y me levanté de la cama - ¿Me lo enseñarás cuando acabes?

-No sé. Depende - me devolvió la sonrisa, burlona

-¿De qué depende? - yo ya estaba casi metida en el baño

-De lo bien que te portes - me sacó la lengua y se rio levemente

Salí del baño tras un par de minutos y me acerqué a ella. Me apetecía picarla un poco

-¿No me estoy portando bien Val? - estaba muy cerca de su oreja, con la punta de mi nariz en el lóbulo de ésta. Sabía que podía notar perfectamente mi respiración, caliente y tranquila

-Bueno, sí - no podía verla, pero pude adivinar por su tono que no estaba precisamente tranquila - Pero podrías hacerlo mejor - la castaña estaba con ganas de guerra

-¿Y cómo podría hacerlo? - ahora la miraba directamente a los ojos, relamiéndome - ¿Me vas a enseñar?

-Pues... - pareció tragar saliva - ...podrías empezar por volver a tu sitio y poner la pose que te he indicado

-A la orden, teniente Carvajal - me separé lentamente y me senté en el borde de la cama - ¿Cómo era? No me acuerdo

-Cruza las piernas, apóyate en el colchón y echa la cabeza un poco hacia atrás. Eso es - parecía muy autoritaria dando órdenes. Y me ponía mucho. Cogió uno de los pinceles con ánimo de retomar el trabajo

-Eh...Val - dije con un tono ligeramente sensual - ¿No se te olvida algo? - señalé la bata, la cual llevaba mal anudada en uno de los lados de mi cintura

-Ah sí, claro. Voy - la castaña se dirigió hacia mí sin a penas levantar la vista. Sabía perfectamente que no quería mirarme a los ojos porque se ponía nerviosa. No sabría decir si me encantaba o me sentía un poco mal por disfrutar a su costa. Creo que una mezcla de ambas

Y como hace casi dos horas, volvía a tener a Valentina Carvajal tocando mi piel desnuda, dejando que mis hombros y parte de mi torso quedasen al descubierto y provocando que en todo mi cuerpo volviese a correr con mucha fluidez aquella sensación eléctrica que ya echaba de menos y que me atravesaba la espalda hasta la nuca.

Giré la cabeza por segunda vez, buscando entrar en contacto con su mirada. Por mucho que intentó evitarlo, acabó sucediendo. Valentina provocaba en mí una atracción nada comparable a dos imanes. Mucho más intensa, mucho más fuerte, de la que yo no podría escapar, aunque quisiera, y no era el caso. Pareció perder la concentración y dejó caer una de sus manos, rozándome levemente el pezón, lo que me hizo soltar un leve gemido que no pude reprimir. Ninguna decía nada, tampoco nos movíamos, y el ambiente estaba cada vez más cargado de tensión. Instintivamente me acerqué un poco más a ella, quedando nuestros labios a una distancia bastante poco apropiada.

-Juli, Valen, ¿vais a merendar algo? - la voz de Elena desde el otro lado de la puerta nos hizo dar un respingo a ambas. Valentina se alejó de mi en dirección a la puerta, la cual entreabrió lo justo para poder hablar con ella sin que pudiera verse le interior de la habitación

Sinmigo (Juliantina AU) - AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora