-Y por todo ese cariño que te tenemos Keisuke - dijo mi padre, radiante con su traje negro que fue hecho especialmente para la ocasión-Queremos que formes oficialmente parte de esta familia, Así que este es nuestro regalo de cumpleaños, La mano de n...
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ERES UN COMPLETO IDIOTA
No podía dejar de mirar al chico detrás del mostrador. Era guapo, alto, de cabello platinado, piel morena y una hermosa sonrisa. Trataba de ponerle atención a lo que me decía Yuzuha acerca de la falda que había encontrado, pero no podía apartar mi mirada de él.
-Creo que la compraré...- le entendí a Yuzuha. Miré al suelo cuando crucé la mirada con el chico, sentí que me sonrojaba de a poco. Yuzuha notó ese detalle y buscó el punto que había estado mirando, cuando encontró al chico hizo una mueca y me golpeó la cabeza con la falda. – No puedes, ____(Tn). Estas comprometida ahora, ¿Qué pensaría Baji si te viera en estos momentos?
Sí... ¿Qué pensaría él? ¿Me dejaría libre?
-No lo sé...tampoco es para tanto, sólo lo estaba mirando. Estoy comprometida no ciega- le respondí. Yuzuha negó con la cabeza y siguió sacando ropa de los colgadores de la tienda. Levanté la vista una milésima de segundo y sentí la mirada del chico. No podía hacer nada, él me gustaba, pero no de la misma forma que Baji.
No, no era justo para mi greñas, así que me reprimí e hice como que él no estaba en el mismo establecimiento que yo.
Sin embargo, no funcionó, Yuzuha me regañaba cada cinco minutos por mirar "descaradamente" a otro hombre que no fuera mi futuro esposo, pero al parecer ella no comprendía que yo aún tenía 17 años y que era una chica como todas las demás.
-_____(Tn). Ya basta. Llamaré a Keisuke- me dijo enojada mientras sacaba el celular de su bolso. - Tú no harás nada. No he hecho nada malo, no, lo he engañado- protesté. Y era verdad, admitía que el chico me atraía y que no dejaba de lanzarle miradas, pero no había hablado con él.
Seguía siendo un desconocido.
Pero como siempre las cosas iban en mi contra. Cuando Yuzuha fue a pagar la ropa que había elegido, nos atendió nada menos que el chico.
-Hola chicas, en qué puedo ayudarlas- nos dijo con una agradable sonrisa. Yuzuha bufó y me fulminó con la mirada con la clara advertencia de "no hagas nada o le diré todo a Keisuke".
-Quiero pagar esto- le dijo Yuzuha, sin dejar de amenazarme.
Cuando él le entregó a Yuzuha el recibo y las bolsas con ropa, Yuzuha se apresuró en salir tirándome del brazo. Afuera de la tienda, sentado en una banca para descansar dentro del centro comercial, Keisuke bebía un café helado.
-Recuérdenme no volver a acompañarlas cuando digan la palabra "compras"- nos dijo poniéndose de pie y acercándose a nosotras. Paso su brazo por mi cintura y comenzamos a caminar hacia la tienda de música, Yuzuha quería aprender a tocar guitarra y para empezar necesitaba una.
-Al final, ¿qué compraron? - nos preguntó Baji mientras subíamos por la escalera eléctrica. – Yo un vestido para cuando llegue la primavera, un abrigo, una falda, un par de zapatos y un chaleco- enumeró Yuzuha.
