Porque Shouto era un adolescente con padres ausentes.
Y Dabi tenía todo el tiempo libre del mundo, además, el dinero era necesario para sobrevivir.
_________________________________________
× ¡No se aceptando copias o adaptaciones!
× ¡DABITODO/DABIS...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Dabi mira desde el umbral de la puerta a el mocoso despedirse de sus padres. Enji parece estar advirtiendo algo, mientras que Rei solo le proporciona un cálido abrazo y le da un beso en la mejilla, antes de despedirse y subir al coche junto al señor Enji.
Dabi espera pacientemente hasta que el auto arranca, y avanza por toda la avenida hasta desaparecer por alguna calle cruzada. El mocoso sigue parado unos segundos más, antes de darse la vuelta en su dirección para comenzar a caminar hacia él.
—Parece una despedida de película ¿Era necesario todo ese afecto? —masculla, con una sonrisa de oreja a oreja.
—Que sabrás tú de el cariño de una familia —susurra Shouto, y Dabi lo escucha claramente mientras pasa junto a él.
—Auch. Eso fue un golpe duro —se ríe, entrando junto a Shouto a la casa, cerrando la puerta a sus espaldas—. Ya está, ahora es así; Desayunas, almuerzas y cenas. Duermes a las ocho y no sales de casa hasta que alguien de tu familia venga ¿Así o más claro?
—¿Para eso te pago mi padre? ¿Para tratarme como a un niño de cinco años? —Shouto lo mira, aburrido— Dinero fácil ¿no?
—Oye, cariño, no fui yo quien eligió cuidarte ¿vale? Estoy tan obligado como tú en aceptar está mierda —Dabi finalmente gruñe, pues no soporta las actitudes de ese mocoso—. Así que si quieres que las cosas estén tranquilas entre los dos, solo obedece y yo no me veré obligado a cuidarte como a un mocoso de cinco años.
—Increíble —Shouto sonríe, y se da la vuelta. Da un par de pasos hasta que está frente al azabache y lo mira directamente—. Esté es el trato; no te entrometas en lo que yo haga o no haga, y me aseguro de darte un pago extra —le muestra una sutil sonrisa que adorna su rostro, como si de un lindo ángel se tratara.
Dabi lo observa fijamente, y luego también sonríe. Él en serio iba a divertirse, quién iba a pensar que esté trabajo sería realmente tan fácil.
—Ya, y entonces vas y le dices a tu papi que no te cuido como se debe y yo pierdo el trabajo ¿no? Buena propuesta, pero no la quiero, gracias —una de sus manos se posa en la cabeza del menor y revuelve los cabellos blancos y rojos, inclinándose solo un poco para dejar sus rostros con apenas una separación—. Solo se un buen niño, y si cooperas, me pensaré en dejar que salgas sin decirle nada al señor Enji.
Shouto golpea su mano para alejarlo, y lo mira directamente con frialdad.
—No molestes y mejor prepara la comida —masculla severo, y la sonrisa de Dabi solo lo molesta más.
—¿Qué? ¿Ahora soy cocinera?
—Eres mi niñero, así que hazte responsable —se burla, mostrándole una sonrisa a Dabi—, y asegúrate de que sea agradable, no como cualquier porquería.
Dabi inhala profundo, y asiente lentamente con la cabeza.
—Un amigo llegará en unos minutos, déjalo entrar y dile que estaré en mi habitación —ordena. Se da la vuelta, listo para subir las escaleras directo a su habitación, pero Dabi habla antes de que pueda subir al segundo escalón.
