Propuesta

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Percy

No ha pasado tanto tiempo como ustedes creen. La verdad es que la recuperación de Nico llevó su tiempo, y ahora estamos a punto de salir para las vacaciones de invierno. Tal y como les comenté antes, estoy pensando declararme, pero todavía no sé muy bien cómo.

—Percy, Nico está abajo esperando para ir juntos a la escuela —dijo mi mamá, asomando su cabeza por la puerta.

—Sí, ya voy, gracias mamá —terminé de alistarme y bajé para ver a Nico sentado en la barra conversando con mi mamá—. Nico, listo para irnos.

—Por supuesto, ya solo te estaba esperando a ti —me contestó mientras se paraba y me sonreía.

—Bueno, ya estoy listo —le contesté, acercándome a donde estaban para despedirme de mi mamá—. Bye mamá.

—Bye señora Jackson.

—Ya te he dicho que me digas Sally, Nico —le contestó mi mamá mientras le apretaba uno de sus cachetes.

—Sí, perdón, Sally.

Luego de algunas otras cosas por parte de mi mamá, Nico y yo pudimos salir de la casa para ir a la escuela.

—Y, ¿emocionado por las vacaciones de invierno?

—Pues todavía falta una semana, pero creo que estoy tan emocionado como cualquier otra persona por el hecho de no tener clases.

—¿No vas a hacer nada con tu familia?

—Mi papá tiene trabajo y Bianca va a pasar las vacaciones con su novio, así que solo voy a ser yo.

—En ese caso, qué bueno que me adelanté y le pregunté a tu papá si podías pasar las vacaciones conmigo.

—¿En serio?

—Sí, así que me aseguraré de que estas vacaciones sean geniales —le dije, dándole un golpecito en el hombro.

Nico me miró, sus ojos brillando con una mezcla de gratitud y sorpresa.

—Gracias, Percy.

—Claro —respondí con una sonrisa—. Ya verás, haremos algo divertido cada día.

Nos dirigimos juntos hacia la escuela, hablando sobre las posibles aventuras que podríamos tener durante las vacaciones. Como era viernes, le pregunté si le gustaría pasar el fin de semana conmigo, a lo que él dijo que sí, solo que iba a pedir permiso y luego me confirmaba.

La mañana era fresca y el cielo estaba despejado, presagiando días perfectos para cualquier plan que tuviéramos en mente. Al llegar a la escuela, nos despedimos rápidamente y cada uno se fue a sus respectivas clases. Durante todo el día, no podía dejar de pensar en cómo hacer que este fin de semana fuera realmente especial para Nico.

Cuando sonó el timbre final, indicando el fin de las clases, me dirigí rápidamente al lugar donde habíamos quedado de vernos. Nico ya estaba allí, esperando junto a su casillero.

—¿Listo para este finde?

—Por supuesto, ya tengo permiso y todo.

—Excelente, ahora vamos, que te tengo una sorpresa.

Nos dirigimos a mi casa, donde había preparado todo para nuestro finde. Al llegar, Nico notó la carpa y el equipo de camping que había sacado del garaje.

—¿Vamos a acampar? —preguntó, sus ojos brillando de emoción.

—Sí, pensé que sería genial para el primer fin de semana que pasamos juntos, ya sabes, pasar la noche bajo las estrellas —respondí—. Además, conozco un lugar perfecto no muy lejos de aquí.

El hilo rojo del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora