Mi salida contigo

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Nico

Y aquí estamos, despertando vivo otra vez mi mayor sueño, como siempre, aunque esta vez no había tanto tiempo para quejarse pues tenía clases y había que arreglarse. En eso estaba cuando escucho una notificación.

Chat entre Percy y Nico

06:15 AM

Percy: Hey, Nico, recuerda que quedamos de salir el día de hoy.

06:16 AM

Nico: Sí, me acuerdo Percy, ntp. 

Nico: Solo recuérdame, ¿dónde era?

Percy: Sí, claro, es en el café Morningstar, a unas cuadras de la escuela.

Nico: Gracias.

06:18 AM

Percy: Pero si quieres, podemos salir justo de clase e ir al lugar para que no te pierdas.

Nico: Soy nuevo en la escuela, Percy, no en la ciudad, pero está bien, hasta la salida.

Percy: Perfecto, ¡hasta la salida entonces!

Bueno, puede que el día de hoy no sea tan malo.

—Nico, ¡ya baja a desayunar!

—¡Ya voy! —le dije para salir de mi cuarto y bajar. Cuando llegué al comedor, me di cuenta de que papá no estaba.

—Oye, Bi, ¿y papá?

—Salió más temprano. Dijo que tenía una junta importante.

—Está bien.

—¿Y cómo te fue con Percy ayer?

—Solo me acompañó a casa, Bi, nada más. ¿Y tú? ¿Cómo va tu trabajo?

—Bien, ya sabes, proyectos de último año, aplicaciones a la uni y cosas así, pero no creas que no noté que quisiste desviar el tema.

—No sé de qué hablas, Bi. Mejor vámonos o se nos va a hacer tarde, y nuestra futura médica no puede tener retrasos —apenas terminé mi oración, agarré mis cosas y salí de la casa.

—¡Niccolò Di Angelo, vuelve aquí! ¡No vas a poder evitar esta conversación para siempre! —me gritó Bianca mientras se acercaba a mi lado corriendo.

—¿Qué tiene la gente con decir mi nombre completo últimamente?

—Cierto, ayer Reyna lo gritó frente a toda la cafetería.

—Ni me lo recuerdes. Creo que ahora todos saben mi nombre completo.

—Al menos es un lindo nombre. Nos vemos luego, Nico —me dijo para tomar una dirección diferente a la mía una vez que entramos a la escuela.

Una vez que nos separamos, empecé a caminar con dirección a mi locker donde pude ver a Percy esperándome con una sonrisa.

—Dices no ser un acosador, pero aquí estás, recargado en mi locker. ¿Cómo supiste siquiera que era este?

—Uno, no soy ningún acosador y dos, le pregunté a Reyna.

—Las acciones dicen más que mil palabras, Jackson, y las tuyas dan una completa pinta de acosador. Y yo ya te había dicho por mensaje que sí, nos encontramos en la salida después de clases y vamos al Morningstar. No sé me olvida, Jackson. Ahora muévete que tengo que sacar mis libros.

—¿No te los llevas a casa?

—No.

—Entonces, ¿para qué es la mochila?

El hilo rojo del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora