—¡¿Cómo que te gusta USA?! —exclamó el argentino, su voz subiendo de volumen en su desconcierto.
El mexicano, con una sonrisa burlona, respondió con sarcasmo mientras echaba un vistazo a su alrededor. Estaban en una acogedora cafetería, disfrutando de un merecido descanso tras una agotadora jornada laboral. Observó a su alrededor, como si buscara complicidad en las paredes o en el aroma del café recién hecho, y luego soltó con desdén: —Que no me gusta, además grítalo más fuerte wey, que nadie te escuchó.—
El chileno, levantando su vaso para tomar un sorbo, se unió a la conversación. —Ya veo que no soy el único que lo nota.—
—No manches, ni que me viera como pendejo mirándolo —replicó México, cruzando los brazos con desdén.
Argentina giró los ojos, suspirando. —La verdad, sí te ves como uno. Aunque siempre te ves como uno, pero fuera de joda, no sé cómo es que vos te enamoras de él. Vos ni hablas con él, no lo entiendo.—
—Que no me gusta, ¡dios! —exclamó desesperado el mexicano, pero fue ignorado mientras el chileno continuaba.
—Claro que sí habla con él. Bueno, si quitamos lo que es fuera del trabajo y negocios, pues no creo.—
—Yo no entiendo por qué sentís sentimientos por él, siendo tan homofóbico como sos —comentó el bicolor, mirándolo con cara de asombro, mientras el chileno asentía en acuerdo.
Era evidente para todos que México sentía algo por USA y estaba intentando negarlo y disimularlo a toda costa. Sin embargo, no parecía que fuera a poder seguir haciéndolo por mucho más tiempo.
—Boludo, debe ser la típica historia donde te enamoraste desde la niñez —bromeó el argentino entre risas, y el chileno le siguió.
—Cierto, ustedes se conocen desde chicos, ¿no? Ya me imagino, qué romántico —añadió Chile, sonriendo.
El de emblema de águila se quedó callado por un momento. Efectivamente, conocía a USA desde joven, pero no de la manera más romántica que se podría imaginar...
Flashback...
Después de mucho caminar, lo encontró: Estados Unidos de América, su vecino del norte. La tensión en el aire era palpable, como si el destino les hubiera preparado para este encuentro. Sin pensarlo dos veces, el mexicano se abalanzó sobre él y comenzó la batalla. El sol brillaba sobre la árida tierra de Texas mientras los dos contendientes se enfrentaban con ferocidad. El ruido de las espadas chocando resonaba en el silencio del desierto, y cada movimiento estaba cargado de historia y significado.
—¡Pero si sos un puto perro! —exclamó el mexicano, sosteniendo su espada frente al yankee con determinación. Era la guerra de Texas, un momento crucial en la historia que definiría su relación con su vecino del norte.
Fin del flashback...
—¡Sí, re romántico! —dijo sarcásticamente el mexicano, volviendo al presente, mientras sus amigos lo miraban entre risas y miradas cómplices.
Este se sonrojó ligeramente ante los comentarios de sus amigos, pero se apresuró a negar la afirmación del argentino.—No digas tonterías, no siento nada por él —intentó defenderse, aunque su rostro traicionaba su verdadera emoción. Su rubor se intensificó cuando Chile se unió a la conversación.
—No te creo —dijo el chileno con una sonrisa, disfrutando de la reacción del sangre azteca.
Argentina se burló, inclinándose hacia adelante. —Vamos, tú y yo sabemos que eso no es cierto. Llevas tiempo sintiendo cosas por él.—
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I'm normal? // •USAMEX•
Historia CortaEl mexicano tiene la vieja creencia sobre la sexualidad al decir ser homofóbico, esto hasta que empieza a sentir algo diferente cada vez que ve a su vecino del norte, USA. ¿Cómo tomará sus sentimientos?... 🔺AVISOS🔻 - Se manejaran temas sensibles...