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Capitulo 2: Reclutamiento

—La presentación es esta tarde por lo que debemos estar preparados. —Kazue baja el portapapeles, mirando sin ganas la escena delante suyo.—... Aunque creo que no se va a poder.

Frente a ella estaban sus muchachos portando el nuevo uniforme, pero lucían más como un colorido grupo de teiboleras.

—Tal vez debamos esforzarnos por conseguir nuevas ayudantes. —Hanataro toma aire antes de continuar.—. ¡PORQUE LA NUESTRA ES UNA COMPLETA INÚTIL!

Nanami, quien estaba más ocupada tratando de no dormiste que en prestarles atención, abre los ojos cuando es mencionada.

—¿¡Qué dijiste, pecas!? —se levanta de su lugar, encarando al rubio.—. ¿SABES LO MUCHO QUE ME ESFUERZO EN ESTE EQUIPO?

—¡MIRA TU ESFUERZO, MÍRALO! —apunta su uniforme.

Nanami había sido la encargada de mandar a hacerlos, pero resultó que solamente a Tomoko le iba bien.
Rui creía firmemente que la menor solo le había pedido las medidas al pequeño rubio y simplemente asumió que los demás tenían la misma talla.

Lo cual era ridículo porque Kazuyo, el segundo más bajo del grupo, era casi el doble de lo que era Tomoko. Así que el short les iba por encima de los muslos y las camisetas a la mayoría ni siquiera le cabía.

—¡PIDE DISCULPAS! —exije Tsukishima; quien se sentía muy abochornado, no solo por qué el short le iba más como ropa interior que como tal, si no porque sentía los ojos azules de Kazuyo en sus piernas descubiertas.

—¡LO ÚNICO QUE HARÉ SERÁ PATEARTE EL TRASERO! —Nanami se lanza, con toda la intención de golpear un poco mucho a Hanataro, pero uno de los gemelos logra retenerla sosteniendo sus brazos.—. ¡Te salvaste pecas, si no fuera por Suzume-chan estarías muerto!

—¡Soy Satoru!

—Se que no tiene nada que ver. —se mete Suzume, interrumpiendo a su hermano.—. Pero... ¿Masaru-senpai y Kazuyo no tienen muchos pectorales?

Satoru y él eran muy atléticos, desde niños jugaban múltiples deportes y gracias a ello tenían el cuerpo muy bien formado; pero no sé asemejaba en los más mínimos al de aquellos dos.

De Kageyama lo entendía, después de todo aparte de el vóley, también hacia boxeo.

—Kazu-chan tiene más tetas que yo. —comenta Nanami, volviendo a su actitud burlona. Cuando Satoru la suelta, le pellizca un pezón a su amigo.

—¡Hey, eso duele!

—Son como rocas. —Suzume apretaba con total confianza uno de los pechos de Masaru quien ni se inmuta.

—Nana, no hables tan a la ligera de tu senos. —regaña Kazue.

—Aunque si hablamos de tetas, Rui-san nos gana a todos. —vuelve a aportar, ignorando las advertencias de la entrenadora.

—Nanami, dije que–

—¿Si? ¿Cuánto? —cuestiona nuevamente el menor de los Miya.

—¡No le pregunten eso a Ru–

—Copa doble D. —responde Sawamura, atraída por el tema. Estaba orgullosa de sus atributos.

—¡Dejen de hablar de sus senos! —grita harta, no podía creer la tranquilidad con la que conversaban esos mocosos.—. Tenemos problemas más importantes, si no lo recuerdan.

—Es cierto. —carraspea Rui.—. ¿Qué hacemos? Quedan horas antes de la presentación y dudo mucho que Tomoko pueda hacerlo solo.

El pequeño rubio tiembla cual Chihuahua ante la simple idea.