-En un pequeño lugar en las montañas, dentro de un jardín de flores, había una joven luchando por mantener sus manos extendidas. Era una niña de unos diez años de edad con el pelo rubio pálido y unos ojos azul marino. Aunque su cabello aún carecía de pigmentación, por otro lado, sus mejillas habían sido teñidas con un tono rojo brillante mientras las gotas de sudor caían de su frente. No estaba claro si esto fue causado por usar toda la fuerza de su cuerpo justo ahora, parecía una cara de delincuente que se inflamaría en cualquier momento.-
Chico: Te lo estoy diciendo, aunque hagas todo este esfuerzo, no funcionará. Tranquiliza tu mente, es algo similar a la sensación de un toque suave -dice un chico de cabello albino.-
-El chico suspiró con fuerza mientras se encogía de hombros.-
Chico: Observa.
-Mientras el joven lo decía, de repente entrecerró los ojos y extendió un dedo. Entonces, justo en el momento siguiente, se fue acumulando gradualmente un resplandor brillante y se levantó de las flores circundantes, moviéndose lentamente hacia la dirección señalada por el dedo del niño. Tras contemplar una escena tan espectacular, la joven arrugó sus cejas mientras todo su cuerpo comenzaba a temblar.
Chica: No es por eso, es que no soy tan buena en la magia como tú.
-En ese momento, una voz que venía de detrás de ellos estaba gritando los nombres de los dos.
???: Ellen, Elliot, ¿con que aquí estaban?
-El chico, Elliot, giró la cabeza, la chica Ellen dejó de intentar ahogarse con su propia respiración. A primera vista, la figura de un niño delgado surgió de allí. Era un niño joven que se caracterizaba por un pelo rubio cenizo. Su edad debería ser un año más joven que Elliot, que tenía unos diez años. Sin embargo, si uno no conocía nada mejor, se podría decir que emanaba una atmósfera madura y astuta, y a su lado una chica de apariencia similar a la de Ellen.
Ellen: Ike, Karen.
-El niño de nombre Ike se acercó a los dos con una dulce sonrisa.-
Ike: ¿Han estado practicando en este lugar otra vez?