CAPÍTULO 5

47 5 29
                                    

Por algún motivo, el primero en despertar esa mañana es Bang, quiere creer que es costumbre, pero puede ser que sea gracias a su subconsciente. Se sienta espantado, preguntándose dónde está mientras palpa los alrededores hasta que por error apachurra el control remoto y las cortinas comienzan a abrirse. Entra en pánico y cómo puede aprieta todos los botones del control, logrando que la cortina se detenga, acto seguido se inclina hacia adelante para ver a Minho, quien sigue dormido a sus anchas. Suspira, es un alivio no haberlo despertado, lo siguiente que hace es poner el control remoto sobre la mesita de noche para evitar más accidentes, pero al hacerlo, su mirada encuentra un pequeño espejo que está sobre el mueble.

-Que horror... - murmura viéndose despeinado y con restos de saliva seca en la comisura de los labios.

Se pasa las manos por el cabello para acomodarlo, retira los restos de saliva y busca en su maletín un humectante labial que siempre carga para aplicarse un poco. Vuelve a ver a Minho, solo para asegurarse que sigue dormido mientras él continúa con su ritual. Pasa a retirarse las lagañas y a pellizcarse las mejillas para darles un poco de color, acto seguido, regresa a la cama, donde intenta adoptar una posición para fingir que duerme de forma agraciada. Tal cual la <<Bella Durmiente>>.

No obstante, antes de que Christopher pueda encontrar la posición perfecta, alguien toca la puerta.

-Servicio a la habitación – grita Eunji desde afuera con una bandeja de comida en manos.

-Minho... - susurra el peli negro tratando de despertar a su asistente – Minho... ¿Minho?... ¡Minho! – continua, pero al ver que no tiene éxito, decide lanzarle una almohada, logrando que el castaño abra los ojos desorientado -Tu madre está en la puerta, ¡arriba! Sube tus cosas – le dice, tronándole los dedos - ¡Un segundo! – grita Bang mientras Minho comienza a lanzar las cobijas hacia la cama - ¡Oye! – se queja cuando recibe un almohadazo con más odio del esperado – Ay, no, no, la fábrica de bebés no – dice con asco, regresando la cobija extraña al suelo.

Minho sube a la cama y se mete bajo las sábanas, sin embargo, al estar cerca lo mira extrañado.

- ¿Te maquillas para dormir?

- ¿Qué? – Bang frunce el ceño, esta vez, sus mejillas sonrojándose naturalmente - ¡Por supuesto que no! Deja de decir tonterías y solo abrázame – explica agitado mientras se ladea para que adopten la posición de cucharita, la más cursi que conoce.

-Bueno, si tú quieres – Minho se encoge de hombros, acto seguido rodea con un brazo la cintura del peli negro antes de pegarse a él.

- ¡Oye! – se revuelve hasta quedar sentado, empujando al otro en el proceso - ¡¿Qué es eso?!

- ¡Es de mañana! – explica haciendo gestos con la mano, como si fuera lo más obvio del mundo – No me digas que a ti no te pasa.

- ¿Están bien? – pregunta Eunji.

- ¡Sí! ¡Un segundo, mamá!

-Que asco... - menea la cabeza, arrugando la nariz -Solo, mantén esa cosa lejos de mi trasero.

-Que difícil petición cuando traes puesto esos shorts para dormir – murmura mientras se recarga en el respaldo de la cama, posteriormente le pide a Bang que se acerque y le rodea los hombros con un brazo, mientras el otro, apoya su cabeza en parte de su pecho.

-Puedes pasar, mamá.

Eunji abre con una sonrisa y Bang de inmediato se disculpa por la tardanza, a la vez que le dice que no debió molestarse.

LA PROPUESTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora