3. Envía la señal, él está esperando.

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Conocer a Jin era exactamente como lo había imaginado en mis más bobas ilusiones.  Cósmico.

El idealizarlo tanto me había hecho creer que era una buena persona. Lo era.

Ni siquiera el hecho de ser extremadamente rico le hacía dirigirse a alguien con superioridad, siempre saludaba, hablaba con honoríficos y respetaba las opiniones ajenas.

Jin siempre tenía una palabra para hacerte sentir bien. En las dos semanas que habían transcurrido perdí la cuenta de las veces en las que apuntó a algo sobre mi persona.

"Es un tatuaje increíble JK"
"Creo que solo a ti te queda bien lucir así el cabello, largo y desordenado"
"¿Por qué me da tanta envidia que puedas usar un piercing en la boca?"

Claro que después de cada uno de los halagos que pronunciaba yo terminaba con las mejillas encendidas y anhelando más y más aunque disfrutaba de su compañía todos los días después de salir de la escuela y religiosamente todos los sábados después de su práctica de fútbol.

Constantemente me encontraba pensando en qué estaría haciendo los domingos cuando no había ninguna comunicación entre nuestros teléfonos y sus risas exóticas se silenciaban en mi mundo. Me daban terror pensar mucho, porque ahora que había tocado el cosmos no sería sencillo regresar a la tierra una vez que el verano llegara a su fin.

Odiaba la idea de tener que volver a ser el tipo friki que lo miraba de lejos aunque me repetía que debía ser racional, ahora compartíamos mucho tiempo pero una vez que las clases arrancaran en forma junto con la pretemporada de americano él volvería a la rutina de chico popular y yo regresaría a las sombras.

Nos quedaban aún dos semanas para terminar el proyecto. Una quincena en la que seguíamos perteneciendo al mismo mundo, misma que pasó volando.

Fue como si tuviera la ropa impregnada del humo de su aroma a laurel, como si estuviera adornado con risas escandalosas y suaves miradas furtivas. Me sentía aún más enfermo de amor por él y estaba seguro de que si alguien le hubiera puesto un poco más de atención al modo en el que tarareaba por las mañanas o silbaba de camino a la escuela lo habría descubierto.

Me encantaba ser su objeto de atención y robarle expresiones de asombro ante cada nueva idea. Él consideraba que yo era algo así como un supergenio y no me molestaba.

Creí durante todo ese mes que mi vida era como el plot de una buena historia en donde el destino nos conectaba desde hacía muchos años y donde seguramente también terminaría descubriendo que estaba enamorado de mí, porque estaba seguro de que a Jin también le gustaba mi presencia.

Habíamos ido juntos a tomar fotografías de lugares históricos donde podía representarse nuestra nacionalidad. Habíamos bebido del mismo vaso de café frío mientras investigábamos más sobre la vida de Go TaeSeob y cómo había asumido su identidad. Juntos decidimos incluir a Hansol, Marshall y Harisu y mostrar los discursos de Tiffany Young y Sunmi, como muestra del apoyo hacía la comunidad.

-Sé que es poco contra todo lo que tenías pensado JK- Me dijo un par de días antes de la presentación que haríamos - Pero estoy seguro de que más pronto de lo que piensas habrá muchos representantes del colectivo y nuestro trabajo será un gran referente en el país.

Y no sé si es por el amor que le tengo o porque desesperadamente quiero que sea realidad que le creo y me aferro a esa promesa.





-Es el turno de Kim SeokJin y Jeon JungKook - pronunica el profesor Choi.

Jin amablemente le pide a la clase que tendremos nuestra exposición en el auditorio de la universidad donde todo se encuentra transformado en una galería de arte patrocinada por la familia Kim claro está, al igual que los bocadillos que ofrecemos y creemos que tenemos ganada la máxima nota cuando nuestro maestro abre mucho los ojos al entrar en la estancia.

Flamingo Pink.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora