Hace algunos años comencé a salir con un chico llamado Eugene era estudiante de medicina en la Universidad cercana a nuestra comunidad, él era muy amoroso, siempre buscaba algo interesante que pudiéramos hacer juntos y siempre que me visitaba me llevaba ramo con mis flores favoritas, poco a poco se fue ganando mi corazón, como todo un caballero.
La guerra para nuestro país comenzó, él siendo estudiante de medicina decidió enlistarse en el ejército como médico de combate. Mi corazón se rompió en pedazos, las noticias que llegaban de las bajas que había en Inglaterra o Francia eran aterradoras, no parecía que estuviéramos ganando la guerra. Pasamos el mayor tiempo que pudimos juntos paseando o armando rompecabezas, escuchando la radio etc..
Yo me llevaba muy bien con su familia él tenía 3 hermanos 1 hombre, George y 2 mujeres, Carol y Judith. George, se había enlistado en la marina y ahora se encontraba en algún lugar de Guadalcanal, por fortuna seguía vivo y escribía constantemente. Carol y Judith estudiaban la preparatoria, sus padres eran muy amables y cariñosos, con todos era cercana. Él último día fuera de Eugene, fui invitada a cenar en su casa con toda su familia, ya que George regresaba a casa solo por un tiempo.
Llegué un poco antes de lo previsto con un pastel de calabaza, me recibieron con gusto y Carol me pidió ayuda para peinar su cabello.
-¿Tienes miedo?.- preguntó carol de la nada mientras cepillaba su cabello, sorprendiéndome, a lo que cuestioné su pregunta.
-Por Eugene.- Hizo una pausa y continuó.- es decir yo sentí miedo cuando George partió y en estos momentos siento miedo por Eugene, ambos son mis hermanos y temo que les pase algo, me imagino que al ser su novia debes sentir algo parecido.- Dijo apunto de llorar.- Tomé aire y seguí peinando su cabello.
-Sí Carol, yo también tengo miedo, George es uno de mis amigos más cercanos y claro que el miedo me invadió. Lo mismo me pasa con Eugene, pero esta vez estoy aterrada, de que le sucedan cosas espantosas o tenga que pasar por situaciones desafortunadas. Me invade una tristeza enorme cada vez que lo recuerdo, lo quiero demasiado como para perderlo al igual que ustedes.- Terminé de hablar conteniendo mis ganas de llorar.
-¿Por qué, porqué tienen que irse, a morir abruptamente?.- Preguntó soltando algunas lágrimas, coloqué el cepillo en su lugar y me arrodille a su altura ya que ella estaba sentada, tomé su mano y la miré.
-A nadie le gusta que sus hermanos, padres, esposos e hijos se vayan, pero es algo que hacen por amor a su país, para que nosotros que nos quedamos en casa y nuestras próximas generaciones tengan un lugar mejor donde vivir, donde nadie tema por su religión o raza, para que sean libres, es un deber interno que desean cumplir.- Dije secando sus lágrimas, para posteriormente darle un fuerte abrazo, terminé de arreglar su cabello y bajamos a cenar.
Ya todos habían llegado, sus primos, tíos, abuelos, amigos e incluso George, estaba parado en medio del salón con su uniforme hablando animadamente con su abuelo, Carol al verlo corrió a darle un gran abrazo, posteriormente bajé yo y lo saludé igualmente dándole la bienvenida.
Me senté a lado de Eugene, a lado mío estaban Carol, Judith y George, la cena transcurrió de manera agradable y animada música de Glenn Miller acompañando la velada, era pura felicidad, mi corazón se enterneció al ver a mi Eugene tan feliz y a mis queridas Carol y Judith bailando felizmente.
Una vez terminada la cena me retiré con Eugene el cual se ofreció a acompañarme hasta mi casa, no era muy tarde apenas eran las 11:30 de la noche, el cielo estaba despejado y lleno de estrellas. Caminamos en silencio, por un buen rato, mirando las estrellas que nos iluminaban la noche.
-¿Me esperarás?.- Dijo Eugene rompiendo el silencio provocando que me detuviera en seco para mirarlo a los ojos.
-¿Qué clase de pregunta es esa?.- Dije sorprendida, él tomó aire y me miró.
-Estaré fuera mucho tiempo, temo que puedas dejarme, por estar lejos.- Dijo muy serio, con el ceño fruncido, me acerqué más a él para darle un abrazo.
-Aún sean cien años los que permanezcas fuera te esperaré, siempre, aquí estaré para ti, Eugene te quiero como nunca he querido a nadie, nunca dudes del amor y cariño que te tengo.- Le dije mientras lo abrazaba, él me sonrió, tomó mi mano y continuamos caminando.
Al día siguiente él partía hacia Inglaterra y con su familia fuimos a despedirlo, yo le llevé una biblia con una foto mía y de su familia.
Sus padres y hermanos fueron los primeros en decir adiós entre lágrimas y risas, su partida nos dejaba a todos con un vacío interno.
-Toma y no olvides escribirme.-dije con una sonrisa, extendiendo la biblia con las fotografías adentro, él me sonrió y me abrazó.
-¿Me esperarás?.- Preguntó tal cual como aquella noche pero con una sonrisa.-
-Aún que sean cien años te esperaré.- Dije en el abrazo, al separarnos nos dimos un beso de despedida, él subió al camión agitando su mano a modo de despedida, no pude evitar soltar mis lágrimas, a modo de tristeza, Carol y Judith me abrazaron fuertemente, a lo que les devolví el gesto.
Ya no estaba, Eugene ya no estaba en verdad lo extrañaba y mucho, su sonrisa, nuestras citas al parque o en su casa para armar un avión de modelo, etc....
Era oficial, mi chico se había ido y tal como lo prometí lo esperaría el tiempo necesario.
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One Shots Primera y Segunda Guerra mundial
AdventureEstos son One- shots inventados por mí basados en fechas y eventos reales, pedidos cerrados y abiertos. No se permiten copias o adaptaciones sin consentimiento alguno.