La alianza del cóndor

Capítulo 5

-25 de Febrero de 1879, fuerte del cóndor (en construcción), región especial X, 1100 hrs.

Ya habían pasado 5 días desde la heroica llegada de Mamani, bajo su comando se reforzó la defensa y el despliegue de la unidades, tanto soldados como los locales que habían sido liberados o rescatados de las ruinas de los pueblos ayudaron en la fortificación. Se construyeron puestos de vigilancia de concreto y se cavaron kilómetros de líneas de trincheras, para asegurar un perímetro amplio y visible, con la logística lista Mamani organizó los espacios, dieron gracias a dios de tener un río tan grande tan cerca, la fuente de agua y peces de agua dulce era más que suficiente para las necesidades del ejército, Rodríguez, quien ya se había recuperado de su lucha contra un jefe orco volvía a ponerse al mando de las tropas de asalto y grupos de exploración, por otro lado De la Cruz asumió el mando de las unidades de artillería, tropas de defensa y grupos de patrullaje, a pesar de haber repelido a los orcos muchos de los locales tenían miedo de alejarse del terreno de la alianza para lo que Mamani y un grupo de diplomáticos dispusieron contratarlos, tanto de mercenarios, como asistentes o para desempeñar sus oficios habituales, además de un pequeño pago en cobre o plata se les suministraría comida y abrigo, pero no podrían comerciar con nada de lo que hicieran pues todo sería para el ejército y la alianza, los altos mandos creyeron que podrían tomarlo como un abuso, pero al parecer el sistema feudal al que estaban acostumbrados eran aún peor, lo que comenzó a llamar la atención de la alianza.

Para el quinto día después de la victoria, Mamani ordenó que se desplegarán equipos de exploración en búsqueda de la capital del reino humano y para adentrarse en los bosques de los elfos, era obvio que esos eran los objetivos de los orcos, quienes no se esforzaban en lo más mínimo en ocultar sus intenciones, por lo que siguiendo el plan original Mamani intentaría trazar alianzas con los humanos y los elfos al tiempo que cazaba las tropas de los orcos.

-¿Búsqueda y rescate?- Rodríguez leyó sus órdenes con una mezcla de asombró y rabia -¿Cuántas vidas más vamos a sacrificar por esta... gente?- arrastró esa última palabra casi como si lo pronunciara con asco.

-Capitán...- Andrés acentuó su voz -le recuerdo que nuestro enemigo son los orcos, no los demás nativos-

Rodríguez enrojeció de rabia y se levantó con agilidad -¡ni si quiera son humanos!- bramó con furia.

-Los Europeos tampoco consideraban humanos a los nativos americanos!- levantó la voz Andrés mientras los soldados guardaban una gélida disciplina temerosos de ser el objetivo de la rabia de cualquiera de los dos.

-No somos Araucanos!- gritó Rodríguez... -y tampoco españoles...- comenzó a bajar el tono de voz cuando el dolor en las costillas, secuela de su enfrentamiento comenzó a molestarle -somos americanos, mestizos entre dos pueblos que se odiaron hasta su último momento, somos lo que Europa y la araucanía rechazó y nos hemos ganado el derecho a gobernar nuestro país con sudor y sangre...-

Andrés guardó silencio, entendía el punto de Rodríguez pero precisamente por eso no podía entender porque su rabia y discriminación contra los pueblos de la región especial.

-no somos un ejército de liberación, comisario, somos un instrumento de guerra-

-La alianza y Mamani buscan una cooperación con los nativos- agregó Andrés.

-¿Y por eso nos dieron las mejores armas que podían ofrecer los Franceses y Germanos?- Rodríguez miró fijamente a los ojos de Andrés, admiraba el valor que el comisario demostraba, pero sentía un profundo desprecio por su infantil ingenuidad -no nos envían a salvar a esta gente, si no a someterla, mientras más luego lo entiendas más fácil será tu trabajo-

Andrés sabía en lo profundo de su ser que Rodríguez tenía razón, pero algo le decía que no, que la alianza era mejor que eso, que no era casualidad que está conexión entre mundos surgiera en territorio americano, Andrés sentía que estaban llamados a ser mejores que los conquistadores europeos.