Capítulo 8

247 7 2
                                    

Golpeaba incesantemente el cuaderno con el lápiz, me sentía muy nerviosa, habían pasado tres días desde lo sucedido con Teddy, tres días en los que los estuve evitando y justo hoy ambos lograron sentarse cubriendo mi flanco derecho e izquierdo. Intentaba respirar con calma cuando dos papeles fueron deslizados al mismo tiempo en mi campo de visión, los tomé y estos conformaban un mensaje: "Hoy no podrás... librarte de nosotros."

Tragué grueso y no me quedó más que aceptar mi destino; al sonar el timbre que anunciaba la salida, ambos tomaron acción, Teddy recogió mis cosas y Neil me tomó por los hombros. Una vez fuera del salón, Neil me cargó subiendome a su hombro como si fuera un costal y caminó hasta el aula fantasma, allí Teddy cerró con seguro y cubrió las ventanas de la puerta mientras Neil me sentaba en una silla y me amarraba las manos por detrás con su cinturón.

—¡Oigan!, ¿Qué hacen?, ¿Acaso están locos? -pregunté escandalosamente.

Teddy cubrió mi boca con una de sus manos. —Sshhh, nos pueden escuchar... Ahora... -comenzó apartándose. —El elefante en la habitación -metió ambas manos en sus bolsillos. —Debo decir que estoy muy desconcertado, Eli... -comenzó a decir mi nombre, pero negué rápidamente y entonces lo corrigió. —...Mack, se supone que íbamos a seguir la vida normalmente y lo que haz hecho ha sido ignorarnos ¿Tienes idea de lo doloroso que es? Se supone que somos buenos amigos.

Para mí sorpresa Neil no decía nada, solo me miraba como si le hubiera mentido de una forma vil. Yo miré mis piernas y suspiré con fuerza. —Les juro que no fue mi intención, es que... No sé que me sucedió...

«Claro que sabes, los escuchaste hablar sobre ti, le gustas a ambos y no sabes cómo manejarlo» -me susurró esa pequeña voz intrusa.

—Solo dinos porqué, Mack, no hemos hecho nada contra tí, lo sucedido entre ustedes ya es cosa pasada y yo, solo han sido un días, pero es como si hubieran pasado meses, extraño discutir y ser dramático contigo. -todo esto lo soltó Neil repentinamente, reflejando tristeza en sus ojos.

Mi corazón se arrugó, nuestra amistad era relativamente nueva, pero aún así en solo un par de años nos habíamos hecho muy cercanos. —Por favor, discúlpenme, es que he estado un poco conmocionada desde lo ocurrido entre nosotros -miré a Teddy. —Sé que fui yo quién lo comenzó y que habíamos estado de acuerdo en que no fue nada que afectara nuestra amistad, sé que debí decírselos en lugar de solo apartarme, es que a veces necesito tiempo para asimilar ciertas cosas... Por favor, discúlpenme -me disculpé con sinceridad, mirándolos a ambos.

Ambos se miraron, sonrieron y como dos niños emocionados se acercaron rápidamente a mi y me abrazaron. La sensación de calidez y amor que me brindaron fue única, siempre era así y estaba segura que por una estupidez pude haberla perdido.

—La próxima vez solo avísanos tonta -soltó Neil.

—Es ma fácil darte tu espacio si lo pides -le secundó Teddy.

—Oigan... Los quiero abrazar, pero... -moví mis manos haciéndolas chocar con el espaldar de la silla.

—¡Ay Dios!, ¡Cierto! -exclamó Neil soltándose del abrazo. —Perdona.

Se puso detrás de mi, me soltó las manos y las llevé de inmediato a mi pecho para sobar mis muñecas, estaban un poquito marcadas.

—Esto fue algo muy psicópata de tu parte -comenté tratando de aligerar el ambiente.

Pero entonces me fijé, Neil se había puesto a mi lado y se estaba colocando su cinturón, observé este con detenimiento fijandome en el detalle, era de cuero negro y la hebilla era la cabeza de una serpiente cuyos ojos eras dos piedritas rojas brillantes, parecían rubíes. Me le quedé mirando fijamente, impresionada con el detalle hasta que su mano entró en mi campo de visión y me hizo una seña con dos dedos hacia arriba, yo levanté la mirada y él me observaba con una ceja enarcada.

Arriésgate Por Mí |#2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora