8

111 17 2
                                    

Aquel cielo azul, brillante y tranquilo que prometía el día posterior al baile, nunca llegó. En su lugar, todo estaba nublado y sombrío con ejes de tristeza y desesperación.

Las noticias corrían velozmente de boca en boca. Una más espantosa que la otra, prometiendo un nudo en el estómago de aquellos que lo escuchaban. Lo imposible pareció posible y el mundo de una familia se estaba derrumbando frente a sus ojos.

-Informe.

-Nada, señor, no hay rastros de su aroma y ya buscamos en todos los sitios concurrentes, pero es como si la tierra se lo hubiera tragado.

El mayor golpeó el escritorio con los dedos envueltos en un puño de rabia. Los oficiales frente a él respingaron, pero se vieron obligados a retomar su postura imperturbable. Era ya el primer día cumplido desde que el menor de los Kim desapareció de la faz de la tierra. Nadie tenía ni pizca de idea de dónde podría estar y la preocupación fue mucho peor porque los aromas distintivos del chico se concentraban y perdían en el mismo punto donde se cometió el nuevo asesinato de los sicarios.

-¡Busquen otra vez! -demandó irritado-. ¡Si es necesario, métanse a las alcantarillas o a las cuevas más profundas, pero manténganse en movimiento hasta encontrarlo!

****

El taconcillo del zapato de Felix no dejó de sonar angustiante mientras continuaba con la mirada puesta en su pareja. Los gestos de Hyunjin no le ayudaban a mantener la calma y ya comenzaba a desear arrebatarle el teléfono para hacerse cargo de la maldita llamada.

Giró la mirada a su costado y pudo escuchar el lloriqueo suave de su hermano mayor al otro lado de la puerta. Al parecer, el celo de Minho se había tornado más fuerte luego de una nueva explosión de feromonas del alfa que lo buscaba. Él y Hyunjin tenían bien claro que no iban a permitir que esos dos se encontraran en una misma habitación, pero ahora realmente estaban por perder la cabeza porque esa decisión parecía empeorarlo todo.

-Lixie.

El nombrado se giró hacia su alfa, acortando el camino cuando este dejó el teléfono en su lugar. Hyunjin le dejó un beso casto en los labios y le acarició las pecas, desbordando una ráfaga de calma en su aroma.

-¿Qué te dijo?

-Todo indica que el lobo de Minho anhela el calor de su alfa destinado, mencionó que probablemente su unión sirva para que el lobo de Minho recupere su identidad y que se debilite el trastorno provocado por los supresores -explicó.

-¿Ese cachorro es la salvación de mi hermano? Que estupidez -masculló.

-Chan me dijo que lo más sano sería dejarlos acompañarse, pero fue honesto y aclaró que Minho corre peligro porque el alfa recién se presentó.

Felix cerró los ojos sintiéndose frustrado cuando escuchó un nuevo lloriqueo de su hermano. Nunca había tenido la desgracia de escucharlo atormentado, así que esa nueva experiencia lo empezaba a agobiar. Quería que Minho estuviera bien, pero por dónde fuera que viera la situación, todo sólo parecía dirigirlo a ese desgraciado final.

-Es claro que no podremos cuidarlo si decidimos dejarlos reunirse... Sin embargo, no puedo dejar que mi hermano sea marcado sólo por un estúpido berrinche de su lobo.

-Te entiendo, yo tampoco estoy convencido de ello -murmuró el más alto-. ¿Y si castro al perro? -sugirió.

-Esa definitivamente no es una opción, Jinnie -suspiró, escuchando un nuevo grito de dolor-. Minho me va a odiar, pero no hay de otra.

-Su lobo te va a odiar, pero Minho te lo va a agradecer -consoló Hwang, dejándole un nuevo beso.

Felix presionó los labios cuando su pareja se alejó. No perdió tiempo y se dirigió a su auto. El corazón se le alborotó con cada segundo pasado y sentía que los dedos le cosquilleaban. Abrió la guantera y tomó la bolsa negra, sacando el collar de metal resistente. Exhaló el aire retenido en sus pulmones, silenciando a su propio lobo que le pedía no hacerlo, y finalmente se adentró hasta la habitación donde estaba su hermano.

DESTINADO A LA MUERTE [Knowmin /  2min]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora