Capítulo 4

41 5 5
                                    

You are the reason - Calum Scott

Evelyn
- ¿Es eso? ¿No entiendes lo que te digo o es que eres muda? -me dice Becky pinchándome con su bolígrafo en la espalda.

Yo, por mi parte, hago exactamente lo que he aprendido todos estos años atrás. Si no la escucho, desaparece, o al menos el dolor que me hace mientras tanto es menor. No me puedo creer que en algún momento yo haya sido amiga suya. No sé con qué ojos la vi la primera vez que la traté de forma especial, y no como a una más. Había señales por todos lados de que no era una buena compañía, pero las ignoré todas y fui a ciegas detrás de Becky.

Esos días yo todavía tenía sentimientos. Ahora no soy más que una humana con un corazón de hielo y una máscara sin expresión. Después de todo lo que pasó con Becky, mis emociones se marchitaron. Ahora, me arrepiento completamente de cuando acepté forjar esa amistad. La voz de Becky desaparece de mi alrededor, y comienzo a sumirme en el mismo agujero negro en el que llevo viviendo mucho tiempo. Pero no es el momento de caer en él como siempre hago. No delante de todos. Y menos de Becky. Tengo que ser fuerte frente a los demás, aunque luego sola me rompa en pedazos. Solo necesito unos minutos más para poder desvanecerme entre las sombras como suelo hacer y enterrarme entre mis problemas sin más compañía que mis lágrimas. En mi vida, generalmente, nunca he sido nada buena socializando. Es más, no me hace falta. Porque, ¿qué mejor que valerse por una misma? Eso me repetía yo día a día. Hasta que un día me di cuenta de que no todo consiste en tener amigos. Si no en evitar tener enemigos. Esa es la primera regla que me impuse, y la primera que se rompió cuando las cosas se torcieron con Becky.

Suena la campana mientras yo me apresuro en recoger todo rápidamente. Escucho de fondo decir a Becky:

- No huyas de tus miedos, cobarde. Eso solo va a hacer que todo sea peor.

No miro para atrás cuando salgo del aula, pero me doy de golpe con Rick. Siempre tiene que estar él de por medio.

- ¿Qué pasa, Becky? Tienes mucha prisa, ¿interrumpimos algo? - Dice Rick mientras se acerca peligrosamente a mí.

Me doy la vuelta para alejarme, pero Becky está esperándome con una expresión divertida. Comienzo a perder la paciencia. No voy a volver a pasar por esto. Becky me mira a los ojos y me dice:

- No pongas las cosas difíciles, Evelyn. Después de todo lo que he hecho por ti...

No. Eso no. Ella sabe lo que provoca en mí cuando me recuerda nuestro pasado. No puedo evitar sumergirme en él.

<<-¿Estás bien?- le pregunté a la chica nueva a la que nadie se había molestado en conocer todavía.

Ella levantó la mirada del suelo y clavó sus ojos en mí, pero no se levantó del banco en el que estaba sentada. La vi confundida, quizá porque probablemente nadie se había parado a preocuparse en hablar con ella, de saber si se había integrado bien o de simplemente estar a su lado para hacerla sentir acompañada. Eso hice yo. Me senté a su lado y busqué un tema de conversación que nos hiciera sentir cómodas a las dos. Así que le pregunté:

- ¿Por qué has venido a este colegio? -comencé.

Ella se puso aún más seria, pero su respiración se comenzó a acelerar. Fruncí el ceño, no tenía ni idea de que había dicho mal.

-Y-yo...q-quiero volver a m-mi colegio. No m-me gusta mudarme-. Y comenzó a llorar tan fuerte que temí que se hiciera daño en los pulmones. Intenté tranquilizarla durante un buen rato, pero de nada sirvió. Hasta que se me ocurrió decirle:

-Oye, ¿qué te parece si te presento a mis amigos? Son muy agradables y seguro que te van a querer mucho -le dije cuando estaba a punto de tirar la toalla. Pero en vez de seguir llorando, a la chica se le iluminó la mirada y me dijo:

Tentando a la suerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora