La familia

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Hola, familia — mi hermoso nieto ven y dale un beso a tu abuela.

— le doy un abrazo y un beso a mi abuela, ¡qué chica tan hermosa encontraste! ¿Me imagino que, por fin, dejarás a la oportunista?

— abuela, su nombre es Sandra — esa misma.


—Eidan — abuelo, que bueno verte — ¡sí! Pero estoy molesto porque no me llamaste, yo te hubiera ayudado a robarte esta hermosa novia.

— abuelo, ¿creo que ya te contaron como sucedieron las cosas?

— ¡Sí! ¿Ahora me imagino que vas a hacer lo correcto?

—Tranquilo padre, ya me ocupé de todo — hijo, ¡no sabía que estabas aquí!


— ¡Sí! Vine tan pronto como pude y alcance a ver la mayoría de los hechos, así como también tuve el placer de darle una advertencia a Justin y ver en primera fila como Eidan por primera vez le puso el apellido a una mujer.

— ja, ja, ja, ¡tenías que grabarlo!

— tranquilos, eso saldrá en las noticias.


—La mejor parte de todo se la perdieron familia — Meli, cuenta ahora mismo, ¿qué paso?

— llego la Sandra reclamando y yo la puse en su sitio, le dije que eso era lo que hacía el amor.

— ja, ja, ja, así se habla mi niña.

— abuela, tenías que verla, ¡hasta amenazo a mi hermano!

— tranquila mi niña, perro que ladra no muerde.

— abuela, ¡será perra que ladra! — ja, ja, ja.


—creo que ya estuvo bueno, dejen de burlarse que esto es una situación muy seria y a ustedes lo único que hace es divertirles mi hermana y ella me involucraron en todo esto, así que espero que tengan una buena idea para limpiar mi imagen.



—Dios mío, ¿cómo mi hija se atrevió a desobedecer a su padre? Dejándonos en ridículo, esto es algo que él no podrá perdonarle nunca Fernanda, hija, ¿qué te paso? Yo no te crie así, me esmeré por enseñarte como se debe comportar una mujer de sociedad y has visto un ejemplo en mí, nunca en mis casi cuarenta años de matrimonio desobedecí una orden de mi esposo.

Ahora que será de ti una mujer sola, sin marido y con la reputación que te ganaste en los medios. Soy tu madre y te conozco, sé que a ese hombre no lo conoces, seguro te lo topaste en la calle, lo que más me extraña es que estabas feliz cooperando con los preparativos.

Cada detalle lo escogiste tú, por eso nos confiamos y te dejamos sola, señor en que falle debí ser más observadora y seguro nada de esto estuviera pasando. Con qué cara veré a mi marido y a todas las personas de nuestro círculo social, mi esposo y yo siempre nos jactamos de la conducta intachable de nuestra hija.


—En los noticieros circulan imágenes del enfrentamiento en la casa de los Uzcátegui, estoy muy preocupada por mi hija y por mi marido, ¡esa niña nos llevará a la tumba! Por favor necesito que me midan la presión.


—Ya vamos, señora, tomé asiento.

— me colocan el aparato.

— señora tiene la presión muy alta, debería tratar de calmarse, ya la señorita actuó y eso no lo puede cambiar, solo le toca resignarse y tratar de hablar con ella.

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⏰ Última actualización: May 21 ⏰

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