En medio de su egoísmo le pidió a los dioses que se llevaran al niño sin madre, que lo alejaran para nunca volverlo a ver. La peste llego y los dioses le arrebataron a su primogénito y su amado esposo. Ahora el Bastardo es un Stark, se sienta en la...
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El vino era amargo, por no describirlo con otras palabras más denigrantes, por otra parte, parecía ser que los norteños consumían solo carne para su disgusto. Puesto como cualquier mujer noble disfrutaba un poco de pato endulzado, uno que otra paloma bien asada; pero la exageración no era algo que disfrutaba.
Margaery realmente no disfrutaba estar en el norte, los norteños eran extraños, salvajes y la iniciación del banquete parecía darle la razón . Hacían juramentos raros y extrañas palabras pronunciaban; mientras que los estandartes de su padre simplemente se arrodillaban jurando por el honor la caballerosidad, por la fe de los Siete estos norteños juraban ante árboles , por tierra, hierro y otras cosas que definitivamente parecía no tener importancia o lógica para ella.
A parte de la música la cual era para su completo disgusto, siempre hablando sobre Héroe antiguos que lucharon contra arañas de hielo y monstruos que tenían el poder de resucitar a los muertos – Realmente los norteños creían en tales cosas – O simplemente sus canciones no tenían otra finalidad que asustar a los niños para que se fueran temprano a la cama.
Estaba molesta por que el Rey Robert estaba completamente empeñado y decidido en casar a Joffrey con una de las chicas Stark, parecía ser que la mayor de estas. Su nombre era Sansa, no negaría que era bella a su manera, era un encanto a simple vista y claramente destacaba entre los norteños por su apariencia refinada, tenía un aspecto más cercano a cualquier mujer de la nobleza del Sur.
Pero ella no le agradaba quienes se interponían en sus planes, desde el inicio había decidido que no tenía ninguna intención en casarse con Renly cuando quien estaba más cerca del trono era Joffrey . El chico era un mezquino , claramente solo con algunas palabras compartidas entre los dos, descubrió que era un chico cruel que se escondía detrás de la fachada de todo un príncipe de cuentos.
Pero era manipulable se dio cuenta de ello, y la forma como la miraba durante toda fiesta era la prueba de ello. Por otra parte, no pudo evitar mirar de reojo a su prometido, Renly parecía realmente entender que algo estaba pasando entre ellos y sus ojos la estaba detallando fijamente, descubrió que aquello no era algo que disfrutaba.
No solo se sentía incomoda, si no que al descubierto sobre sus intenciones de entorpecedor los planes de su familia con Renly . Por qué Loras aparte de su amor ciego hacia aquel hombre estaba tan empeñado en casarla con este, su abuela y los demás miembros de su familia parecían para su disgusto estar de acuerdo con su hermano.
"¿Que te pasa muchacha?" La voz autoritaria, poco amigable de ese momento, fue suficiente para voltear la mirada y ver a su abuela mirándola con los ojos entrecerrados como si esta supiera algún secreto sobre si misma que ni siquiera ella conocía .
"Lo siento abuela, solo tengo demasiados pensamientos en mi mente" Comento suavemente, mientras tomaba entre sus delgados dedos un pequeño pedazo de la carne de pato y decidido consumirla con el mayor decoro posible.
