En medio de su egoísmo le pidió a los dioses que se llevaran al niño sin madre, que lo alejaran para nunca volverlo a ver. La peste llego y los dioses le arrebataron a su primogénito y su amado esposo. Ahora el Bastardo es un Stark, se sienta en la...
Lady Sansa Stark , de 17 años , hecho por su servidor
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Cuando se llegó a Puerto Dragon Marino, Tyrion no pudo evitar notar como las calles eran empinadas una vez de ingresaba a la pequeña ciudad, donde estas eran angostas salvo por aquellos que conectaban hacia la fortaleza de la ciudadela, también noto la gran cantidad de hombres salvajes presentes, ante sus ojos vio tantas personas mirándole más con curiosidad que con desprecio.
Se pregunto en ese momento si era la primera vez que estas personas vieron un enano, cuando salieron del puerto, luego del trato frío por parte de los Manderly y Frost de la ciudadela, no espero ver nada más interesante.
Pero paso todo lo contrario, su guía fue un traicionero que los dejo abandonados en mitad del Bosque de los Lobos, un oso intento cenarlo a su sobrina y por consiguiente a él también.
De los cinco jinetes que iban con ellos, tres se encontraban ahora muertos. Ya fuera por que perdió la cabeza o la gravedad de sus heridas.
Realmente cuando llego el chico Stark, con sus lobos agradeció a los antiguos Dioses; el norte hasta ahora era todo lo que siempre imagino, salvaje, indomable y ante todo vació.
Desde el momento que abandonó el puerto hasta que llegaron a las tierras Stark, no habían dividido ni una sola aldea, castillo o fortaleza alguna, mientras el puerto dragón marino estaba repleto de pescadores, marineros y soldados, el resto del camino fue un viaje total. en medio de páramos y claramente la soledad.
Pero cuando fueron guiados por sus salvadores; Los ojos de Tyrion se abrieron de sorpresa, ante ellos se encontraba nada menos que la ciudad de Las Invernas, siempre supo que, al lado de los grandes castillos, muchas personas del común solían ir a vivir, pero enfrente de este se encontraba en verdad. un asentamiento que nada tenia que envidiarle a Lannisport.
Las invernas tenían las calles anchas, estaban repletas de norteños que iban y venían, muchos le daban una mirada de curiosidad, pero estas no dudaban mucho tiempo, volteaban para celebrar el paso de su señor.
El niño debería ser amado, o tal vez fuera la hermana menor, aun así, no importaba los norteños lanzaban leves vítores ante su paso.
Otra curiosidad que noto tanto en Las invernas como en puerto dragón, eran que las calles estaban todas adoquinadas, era interesante pensó que muchas aldeas incluso de grandes señores no se tomaban la molestia de empedrar el suelo por donde caminaban sus subditos.
Debería ser algo relacionado con el invierno pensado, claramente otro asunto llamativo, era el comercio.
Muchas calles estaban repletas de barriles, donde los hombres iban ansiosos a beber un trago; siempre estaba lo que parecía ser un vaso metálico pegado a una cadena a los barriles, las personas hacían fila para tomar aquel trago.
