En medio de su egoísmo le pidió a los dioses que se llevaran al niño sin madre, que lo alejaran para nunca volverlo a ver. La peste llego y los dioses le arrebataron a su primogénito y su amado esposo. Ahora el Bastardo es un Stark, se sienta en la...
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Era demasiado grande; paso lentamente las yemas de sus dedos por el antiguo trono del invierno de sus ancestros, un trono que debía haber pertenecido a su hermano Robb un autentico Stark, aunque por otra parte era un trono en el cual ningún guardián del norte podía sentarse. Hacerlo era una total muestra de rebelión en contra del trono de hierro.
¿Rebelión? Esa palabra le asustaba demasiado, tendría que enfrentar alguna rebelión en el futuro era algo que a veces no le dejaba dormir.
La ausencia de esa mujer no le ayudaba, las palabras de los Bolton sobre sus movimientos tampoco le dejaban en paz.
"¿Jon?" Esa suave voz le hizo regresar a la realidad, mientras giraba lentamente su mirada para encontrarse con la mirada de intriga que su hermana Sansa le estaba generando.
"Llevas mucho esperando" Dijo con voz apenada algo que no paso desapercibido por su media hermana, quien lentamente le dio una última mirada inquisitiva.
"Lo suficiente para saber que tu mente y pensamientos, están totalmente dispersos" una leve sensación de vergüenza le cubrió, mientras intentaba toser para disimular. Camino levemente bajando los escalones del trono del invierno para ir en dirección a la mesa principal de aquel gran salón, donde estaba en asiento de madera del guardián del norte.
Un asiento con varias runas antiguas que Jon nunca comprendió cuyo significado, puesto que dudaba mucho que solo eran viejos adornos. Se sentó en esto, sin pensar mucho que aún sus pies quedaban un poco colgando en el asiento. Ya crecería pensado, y podría sentarse en la silla de su padre como un verdadero hombre y no como el niño que se sentía que era.
"Bien, ¿necesitabas algo hermana? Algún producto de la lejana Qarth en el que estés interesada" pero para su sorpresa esta vez Sansa rápidamente empresarial, en su lugar trajo sobre la mesa un pesado libro sobre el norte.
"¿Un mapa?"
Pregunto Jon, sin mucho interés, pero Sansa no le dio respuesta alguna sobre ello, en vez de eso se sentó al lado de Jon como si fuera lo más común en estos últimos días.
"El maestre Luwin ha dicho que he terminado mis lecciones sobre las Casas y Clanes de más allá del muro" Esa era su heredera, mujer o no, ya no había más hombres o líneas masculinas a quienes pudiera pasarle el gobierno del norte.
Desde que su tío Benjen hace seis meses nombro como regente a Lord Howland Reed; el hombre se había encargado de darle una educación estricta a su hermana, era cierto que Sansa y Arya eran hermanas, ambas nacieron el mismo día, pero la mujer con el cabello rojo fue la primera en salir del vientre de su madre.
Y sinceramente Jon sentía que ella tenía más derechos a gobernar que el mismo, pero las leyes de sucesión de la familia Stark eran demasiado estrictas, años de rebeliones de las ramas cadetes de la casa Stark encabezadas por sus hijas dejo un mal sabor en los antiguos. reyes del invierno.
