Cap. 4

2 0 0
                                    

Gritos a mi alrededor me despertaron algo angustiado, no gritos de dolor; más bien, vitoreos de alegría por parte de las familias de resto de los chicos. Con dificultad me senté en el suelo, me sobe los ojos para poder ver mejor pero al abrirlos... Lejos del movimiento del resto de la gente cargando a sus hijos, yo me quedé en el suelo mirando mis manos... Ahora eran semi garras felinas cubiertas de pelo amarillo y manchas negras, no supe que decir más que gritar.

- ¡Ahhh! ¡¿que me pasó?!- grite mi pregunta asustado de verme en mi nueva forma, mi cuerpo estaba peludo al igual que mis manos, tenía bigotes e incluso sentí el movimiento de una cola...
- ¡¿Pero que es esto?!- exclamé de nuevo al ponerme de pie y mirando por completo mi cuerpo... Era más alto que antes incluso.
- ¿Mamá? ¿Abuela?- las mire asustado pero ellas me regresaron una expresión alegre en su lugar mientras se abrazaban.

- ¡Si se pudo hija, te dije que la recina funcionaría!- con fuerza mi abuela abrazaba a mi madre, su voz parecía no poder contener su emoción.
- Pero má es raro porque los otros se volvieron por completo animales y luego regresaron a ser humanos- alcance a oír pues por el pánico que me provocaba mi situación no pude hablar más que gruñir como un jaguar...

- Grrr...- se escuchó desde mi garganta casi involuntariamente.
- ¡¿Ama que me pasó?!- pregunté alarmado pues era medio animal ahora.

Pasando entre la gente casi empujando la me acerque a mi abuela y mis padres, mi papá se veía confundido y mi mamá aunque alegre denotaba un poco de preocupación en su cara.
- Hay mijo, pues se te rompió tu alebrije pero si te transformaste- dijo mi abuela despreocupada en absoluto.

- ¿Ya había pasado antes suegra?- pregunto mi papá al verme medio humano.

- Si, con entrenamiento muchos pueden tener esa forma medio humana, entonces James es especial- menciono mi abuela mientras me revisaba mi madre pues era raro para ella.

- ¿Estás segura que es especial?... ¿Y si tiene que ver su alebrije roto en qué no se hiciera por completo?- cuestionó mi madre, yo solo maulle aún mirando mis patas, me costaba hablar y que mi abuela pareciera no darle importancia me ponía más impaciente cada vez.

- Si es así, entonces haré algún ritual más para ayudarlo, pero lo más importante esta completado- respondió mi abuela mirándome animada y con una sonrisa
- Incluso es un jaguar como su abuelo.

Eso me terminó de molestar, y ya no pude contenerme lo que me hicieron... Yo quería magia...
- ¡¿Pero porque un gato?! ¡Yo quería volar en escoba como en mis libros!- recrimine a mi familia y un siseo felino acompaño mi réplica a lo que inmediatamente me tape la boca con mis patas...

- Ay ya, no hagan tanto drama...- nos mandó a callar mi abuela mientras revisaba también a mi hermana
- Eres un nahual, tu hermana le tocó ser bruja, así que no te espantes- respondió

- Pero abu...- me interrumpió
- Si puedes volver a ser humano, solo concéntrate un poco en querer serlo y aguanta la respiración- me dio ayudando a mi hermana a ponerse de pie, mientras yo hice lo que me dijo, por más tiempo que el debía pero solo gruñí al final porque no paso nada en mi cuerpo.

- Uy mijita, tu si que saliste a tu abuela jaja- se rió sujetando a mi hermana viendo como en su piel algunas marcas se hacían presentes
- Luego te enseñaré a hacer medicinas ahora voy a ayudar a tu hermanito a qué ya no ande llorando- replicó

- Pero abuelita, yo quería hacer magia- repetí mis palabras y me cerró la boca con su dedo.
- shu shu shu, primero vamos a ver qué te paso mijito- me reviso bien e incluso sus ojos le brillaron.
- Oh pues si que te afecto tu alebrije roto- me respondió y mi mamá se escuchó molesta.

- Ay ama, te dije que todo esto era mala idea ¿que pasa si no se transforma de nuevo?- reclamo mi madre a mi abuela pero ella la desairo con un ademán

- Haremos un disfraz de piel para el, por eso no te preocupes mija- mi abuela fue hasta mi y me sujeto de mis pómulos girando mi cabeza para verme bien, entrecerró los ojos al analizarme a detalle
- Hay mijo, puedo ver qué tú jaguar está atorado en algún lado dentro de ti...- respondió después de un momento de analizarme.

- ¡Perfecto!- replicó mi madre levantando las manos molesta
- ¡Ahora mi hijo no se va a poder esconder de esos locos!- con un voz severa, pero preocupación en sus ojos, miro a mi abuela que también se notaba molesta.

- Tendrás que dejarlo aquí Mija- con calma respondió mi abuela cerrando los ojos.
- Va a entrenar con el resto de los muchachos de la aldea al igual que su hermana...- camino hasta ella, el sonido calmo de la gente al abrazar a sus hijos se hacía presente, alegría acompañaba al ambiente junto a la calidez del fuego que retomaba su color.

- Y vamos a investigar tu caso mijito, esto no había pasado antes...- me miró mi abuelita mientras nos sujetaba a mi y a mi hermana de las manos.

Nahual JaguarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora