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Advertencia ⚠️

>Mención de actos relacionados a la pedofilia y tortura.<

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Midge se encontraba en su oficina, tenía un afán por mirar cada detalle de esta y siempre se quedaba enganchada viendo alguno de sus adornos mientras su mente divagaba. Desde que conoció a Freddy, siempre le resultado un chico de lo más curioso.

Usualmente, muchos chicos, especialmente los jóvenes, caen rendidos ante ella, pues debía de aceptar que su físico y su edad le jugaban mucho a su favor. Por alguna razón al castaño no parecía atraer la nada de esto, siempre actuaba distante y cortante con ella, lo que le hacía interesarse aún más en él y su vida.

No había vuelto a sentir esa intriga desde que había descubierto el secretito de la chica del salón de periodismo. Realmente los chicos que lograba conseguirle para su entretenimiento le demostraban una singular habilidad que despertaría la curiosidad de cualquiera. Y eso mismo era lo que estaba sintiendo con el chico más joven.

Solo cuando tocaron el timbre se dio cuenta del tiempo que había pasado pensando en el oji azul. Se levantó de su escritorio, acomodó sus prendas y después de tomar su bolso, salió para dirigirse a su próxima clase.

Mientras tanto, la maestra no era la única sumergida en sus pensamientos. Freddy parecía tener la misma actitud y ánimos que el día anterior. Simplemente no soportaba la idea de estar obligado a volver a ver a una mujer tan desagradable. Recordar como le hablaba, le miraba y la primera vez que hizo un acercamiento a él, le hacía sentir nauseas.

Bonnie y Chica habían notado todos esos cambios repentinos en la actitud del castaño, pero por más que intentaran ofrecer su ayuda, él solo lo evitaba y se negaba.

Intentó mantener sus pensamientos en otro lugar, pero no podía, su mente estaba muy alborotada. Y cuando llegó la hora para las asesorías, se limitaba a caminar con pesadez hasta la oficina de la maestra.

- Pase. - escuchó desde dentro al tocar la puerta. - Oh, Freddy, que gusto verte aquí. Tan puntual como siempre.

- Si, claro.. - él mostró una sonrisa incómoda mientras se sentaba frente al escritorio de la maestra.

- Bien, entonces, ¿comenzamos de una vez con nuestras clases? - recibió un sonido de afirmación como respuesta.

Sonrió y se paró de su escritorio para ir hasta la puerta y cerrarla con seguro, todo bajo la atenta mirada del más joven quien la miraba con una expresión entre confundida y con algo de miedo.

- Hoy no estoy tanto para libros y apuntes, ¿que te parece algo diferente? - sugirió acercándose de forma insinuante, viendo como el otro solo apartaba la mirada. - ¿Qué te parece si hoy vemos educación física?

- ¿Eh? - la vio con una ceja alzada. - ¿Esta jugando? ¿Cierto?

- Me tomo mi trabajo muy enserió, Freddy. - esa respuesta no lo dejó muy conforme. - Soy asesora de todas las materias, me gustaría revisar tu resistencia física con algunos "ejercicios". - sonrió pícaramente generando un escalofrío en el castaño.

- Lo siento, yo... - intentaba buscar una excusa o explicación para detenerla de forma respetuosa.

- ¿Es tu primera vez? No importa. Soy experta en este tema, te enseñaré como hacer... - no terminó cuando de repente el ojiazul se levantó molesto de su asiento.

- Lo siento, señorita Midge, no tengo intención de perder mi virginidad en una situación como esta, y mucho menos con usted. - exclamó en un tono realmente molesto, sin sonar grosero, para luego dar media vuelta e irse.

Be Mine | Monty X Glam.Freddy | (en pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora