6. Nosotros

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Después de aquella noche, Charlie se recostó en la cama, pensando con claridad nuevamente.

El hombre estaba ebrio y ella no había dejado las cosas fáciles al acercarse descuidadamente, no es que no quiera ella haberlo besado... pero era diferente para el sr. Azael.

Sentía un nudo en el estómago, como si ella lo hubiera obligado a hacer algo, eran compañeros de trabajo y sería incomodo no ser claros, pero eso lo sabría mañana por la mañana.

Como era su rutina diaria, se preparo temprano, desayuno y viajo en el ferry hasta su trabajo.

Era un día tranquilo, nuevamente no se había encontrado con el castaño, lo cual había sido un poco desesperante.

Quería hablar con él,  pedirle una disculpa o tan siquiera saber su opinión.

Pero al entrar al edificio lo primero que vio fue al joven Azael siendo retenido por un grupo de jóvenes en la recepción. Eran chicas muy bonitas, y por supuesto Alastor siempre era un caballero, algo se torció en su estómago,  así que solo siguió su camino.

Él rápidamente noto su presencia y como pudo se liberó del grupo de féminas, la siguió llamando por su nombre pero la rubia no volteaba a verlo. Charlotte entró a la oficina al igual que el castaño quien estaba nervioso por decir algunas palabras, pero pronto la menor fue quien le robo la idea.

Charlotte: Dusculpeme por lo de anoche, fui muy imprudente al invitarlo sabiendo que se encontraba indispuesto... no se preocupe por lo demás, y sigamos siendo buenos compañeros.

Dijo rápidamente.

"¿Buenos compañeros?", pensó Alastor, el castaño no dijo nada y simplemente tomó asiento; sintió rabia, impotencia, quería tomarla y llevarla con él, decirle que se había vuelto loco y era culpa suya.

Pero creyó que eso asustaría a la joven, quien jamás había tenido experiencia con esos sentimientos, y siendo sincero él tampoco estaba seguro de si sus sentimientos eran sanos.

Seguramente no, nada en él era normal, lo sabía, sabía que Charlotte era demasiado buena, tan pura y digna.
Le hervía la sangre de pensar que Charlotte podría estar destinada a ser de alguien más, así que Alastor realizó su trabajo en silencion y cuando fue la hora de salir, simplemente se fue sin decir adiós.

Charlotte se quedó algo inquieta, el castaño no era alguien que se fuera sin despedirse, ni siquiera de la recepciónista se había despedido.

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Mientras el joven caminaba por las calles apresurado pensaba constantemente en la rubia. ¿Como podía ser tan desconsiderada?, ella lo había besado y ahora simplemente no significaba nada.

Llego al mismo bar de siempre, Husker se encontraba barriendo la acera preparando el lugar para los visitantes nocturnos; al ver al joven a lo lejos comenzó a barrer más rápido  con la  esperanza de terminar pronto y entrar a esconderse del castaño.

Pero no lo logro, al voltear a ver al castaño quedo algo sorprendido, su expresión era bastante perturbadora, tenía su usual sonrisa pero tenía los ojos nublados.

Husker: Hey idiota, ¿te encuentras cuerdo?

Pregunto un poco dudoso.

Alastor: Sirveme un trago Husker.

Dijo con un tono serio.

El mayor entro rápidamente al bar, algo malo estaba pasando, Alastor no era alguien que se saliera de sus cabales, que no interpretará su papel a la perfección, él no perdía los estribos.

Sueño Hecho Realidad. (Charlastor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora