2. Cartas Mágicas.

199 26 40
                                    

Había pasado justo un año desde que el padre de Charlotte le propuso ir a vivir a New'Orleans.

Ya era tiempo de la partida de su adorada hija, había cumplido 22 años y su tren pronto partiría.

Papá: Recuerda no caer con estafadores ni algo por el estilo.

Dijo mientras le pasaba sus maletas a Charlie.

Mamá: Y procura conseguir un buen marido.

Dijo su madre.

Charlie: ¿Nunca pierdes la esperanza verdad madre?

Dijo con una risa.

La madre de Charlie le acomodo el moño y su sombrero, tenía un cabello largo así que era difícil mantener todo en su lugar.

Charlie: Ya es hora, mi tren se va... Papá, mamá los amo les escribiré cada semana.

Dijo mientras se tallaba los ojos que comenzaron a cristalizarsé.

Papá: Si necesitas algo no dudes en llamarme.

Charlie asintió, tomo aire y se dio la vuelta para subir al tren con las maletas encima.

El tren comenzaba a avanzar y Charlie apresuró su paso para poder seguir viendo el rostro de sus padres, hasta que se fueron de su alcancé.

Sintió un nudo en el estómago, jamás había estado separada de ellos y lo anhelaba en serio pero ahora que realmente estaba sucediendo sentía la necesidad de llorar por al menos todo el vieje hasta Luisiana.

Y así fue, la rubia no paro su llanto durante todo el trayecto incluso otros pasajeros le quisieron ayudar pero Charlie les explico amablemente su situación. Recibió algunos comentarios amargos y otros muy significativos, pero al fin y al cabo Charlie sólo se quedaba con los buenos consejos y palabras que le brindaban las personas a su paso.

¦
¦
¦
¦

Después de un largo viaje Charlie pudo ver por su ventana los barcos que la llevarían a New'O.

Eran enormes y muy bonitos, después de todo estos transportaban únicamente pasajeros.

La rubia fascinada subió al barco que la llevaría a su destino junto con sus maletas, miraba asombrada por todo lados, ya había visto barcos antes pero sólo de carga, jamás uno tan bonito y elegante.

El viaje fue corto y pronto llegaron a los hermosos puertos de la ciudad.

Al bajar una muchacha esperaba a Charlie con un cartel al igual que muchos otros. Unos más que nada iban por el turismo pero sin duda nadie imaginaria que una mujer como Charlie llegó a esta ciudad a quedarse por un largo tiempo.

X: ¿Usted es la señorita Myers?

Charlie: ¡Esa soy yo!

Dijo con una gran sonrisa.

Los ojos de la rubia se iluminaron mientras contemplaba lo que sería ahora su ciudad.

X: El señor Myers me ah pedido que la guíe hasta casa y le dé un tour por la ciudad.

Charlie: Bien lo aceptaré solo dígame Charlie, señorita "Myers" es demasiado formal para mi gusto.

Dijo para seguir a la mujer que le daría el tour.

Cuando llegó a casa se dio cuenta de que su padre no había sido tan sincero, no era una pequeña casita, era una gran casa e incluso tenía un pequeño invernadero.

Charlie: ¡Padre no necesito esto!

Dijo apenada.

Subió a explorar el segundo piso para acomodarse en su recamara y ponerse ropa más cómoda para pasear.

Sueño Hecho Realidad. (Charlastor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora