"Sweet Seductions" Es una historia que explora los delicados y seductores matices de la seducción a medida que dos corazones adolescentes descubren nuevos reinos de deseo desconocidos.
Cada momento conlleva un magnetismo innegable que profundiza en...
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Era un seis de diciembre con un clima imposible de transitar gracias a que una tormenta de nieve cobraba impulso, el mundo entero estaba apunto de transportarse a un tranquilo paraíso invernal.
Trágico para una mujer la cual tomaba un baño caliente hasta que noto como el agua se tornaba de un tono rojizo que se transparentaba con el agua que empezaba a desbordarse por los filos de la tina baño.
Una mirada inocente llamó su atención, era su pequeño de apenas dos años, Nas, parado en la entrada del baño esperanzado que su madre salga pronto. Su madre desesperada sin saber de donde salía aquella sangre que empezaba a teñir todo el agua.
—¡Llama a tu padre! —pedía en un tono desesperante antes de emanar un grito desgarrador gracias a las resientes contracciones.
El pequeño hacia sonar sus piecitos por el pasillo hasta llegar al final de los escalones y llamar a su padre. Unas pisadas más grandes se aproximaron, el golpe de la cerradura contra la pared hizo que la mujer levante la vista y encuentre a su marido con su niño en brazos
—¡No se que pasó! —susurro la mujer desconcertada
—¡Te caíste!—pregunto el hombre preocupado
La mujer negó antes de volver a quejarse de dolor. Por inercia su mano tocó el lugar de donde provenía su agonía y al sentir un bulto en medio de sus piernas no pudo evitar abrir sus ojos sorprendida.
Aquella mujer solo pudo cerrar sus ojos y pedir al cielo que pare su reciente agonía.
—No me asustes cielo ¿Qué sucede? —pregunto su esposo antes de ver la impactante escena que lo había dejado estático
—¡Llama una ambulancia!—pidió la mujer conteniendo sus gritos
Aquel hombre no sabía cómo reaccionar pero su cuerpo solo se movía en automático, fue en busca del teléfono más cercano. Mientras marcaba y era atendido por el buzón tuvo el valor de arrodillarse junto a su esposa.
—Estoy aquí cariño —intento calmarla
—¡Duele demasiado!—sollozaba la mujer.
Cuando al fin respondieron a su llamado informo que su mujer estaba en la tina quejándose de dolor mientras embarnizaba la tina de rojo.
Ni siquiera él sabía lo que sucedía, se distrajo con la llamada hasta que su mujer dio un grito aterrándolo. Su vista se poso en el fondo del agua y las manos de su mujer sacaron un pequeño bulto.
Todos estaban impactados hasta aquel pequeño que permanecía todo el tiempo alejado en la entrada con su pequeña boca abierta.
—Señor, tiene que ser claro ante la llamada. No podemos perder el tiempo
—Mi esposa acaba de dar a luz—contesto atónito al teléfono De pronto el pequeño ser soltó un llanto haciendo que la mente de todos aterrice.
—¡Es una niña! —dijo el hombre con lágrimas en sus ojos.
La mujer acerco a la pequeña a su pecho logrando silenciarla.