"Sweet Seductions" Es una historia que explora los delicados y seductores matices de la seducción a medida que dos corazones adolescentes descubren nuevos reinos de deseo desconocidos.
Cada momento conlleva un magnetismo innegable que profundiza en...
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Al otro lado de la ciudad el hijo mayor de la familia Roswell; hermano de aquella chica. Pensaba cruzar los límites como siempre, con solo tocar el sonoro timbre era el inicio de una noche venturosa y llena de excesos.
–¡Llegaste! -lo recibieron con una insolente sonrisa de labios elevados.
–!Qué crees! -contesto con una mirada neutra aquel chico
–Bienvenido Nas
Le cedió el paso uno de sus amigos al retirarse de la entrada dejándolo pasar.
Con pasos torpes se abría camino por medio de la multitud extasiada, eufórica, excitada. Gracias al alcohol que fluía libremente, alimentando la energía desenfrenada y el abandono frenético que envolvía el lugar lleno de humo con colores neón de la penumbrosa habitación.
–¿Donde están los demás? -pregunto el joven pero al no recibir respuesta llamo a su compañero por su nombre –¡Zaid!
Zaid es el mayor de un grupo de seis jóvenes. Un universitario responsable en todos los aspectos incluyendo sus estudios pero; también en algunos casos culpable de excesos y gustos caros. Un joven heredero de una franquicia familiar.
–¿Dime? -pregunto agarrando alguna bebida del bar.
–¿Donde esta el resto? -intento averiguar por segunda vez mientras miraba a su alrededor
–Por el momento sólo ha llegado Leith y Resse. -respondió mientras coqueteaba con la barista
–¿Qué pasó con los demás? -interrogó Nas.
–Puede que estén de vacaciones en algún lugar o en alguna reunión familiar.
–Puedo apostar que Beizan es el de la reunión familiar. -Burló Nas con una sonrisa mientras seguía a su amigo el cual reafirmo su apuesta con una sonrisa.
Nas, siempre observador, captando con su mirada fugas momentos de libertinaje. Vislumbró a algunas parejas enfrascadas en una intensa sesión de besos en los rincones oscuros y a otras personas desmayadas en el sofá. Pero su mirada no dejaba de fijarse en las mujeres de extravagantes vestimentas y no por que llame su atención lujuriosamente. Era porque su amigo no era de aquellos gustos.
–Las contrato Beizan. Pero no ha traído su trasero ni por accidente
Dijo su amigo mientras le ofrecía un vaso de cristal con alguna bebida etílica.
–Era de suponerlo...
–¡Eh por fin llegó el rey de Roma! -esbozaron con una media sonrisa era otro integrante de su grupo de amigos
–¡Resse! -saludo escaneando a su compañero.
Al darse cuenta que su amigo tenía las mejillas pecosas rojas, era imposible de ocultar por su pálida piel. Se hizo a la idea de que aquel muchacho lleva varias ingestas de alcohol.
