•┈┈┈••𝐂𝐚𝐩 𝟒••┈┈┈•

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A medida que se acercaban los últimos días en el internado, permanecíamos más juntas de lo habitual

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A medida que se acercaban los últimos días en el internado, permanecíamos más juntas de lo habitual. Sabíamos que pronto nuestros caminos se separarían, haciendo casi imposible reunirnos debido a obligaciones familiares.

Mientras estábamos tendidas en el césped observando las nubes flotar perezosamente en el cielo, Aneth hizo un comentario caprichoso acerca de querer ser una nube algún día.

Mirarla con curiosidad ante su deseo me era imposible ocultarlo.

–Mira pueden tener la forma que quieren, pueden estar cerca del cielo.

Solo podía escucharla, hay momento que Aneth tiene desconexiones con el entorno. Algo normal en ella.

–No has pensado que pasa con nosotros después de...

Aparte un segundo la mirada del cielo ya que era un forma de perder el tiempo en nuestras pequeñas fugas.

–¿Después de qué? —pregunte confundida

–Bueno después de... -voltio su rostro a mi dirección. -De dejar de existir.

–Te refieres a... ajm.. -hice una especie de mueca la cual entendió.

La palabra morir desde que la conozco jamás ha podido pronunciarla, pero e logrado entenderla cuando se trata del tema.

–Si eso... -contesto

–¿Por que lo preguntas?

–Pura curiosidad.

–Bueno... todos lo pensamos alguna vez. Pero no creo tener una respuesta.

Ella solo volteó su mirada al cielo

–Aneth hay momentos que me asustas...

En su rostro se mostró una sonrisa sin mostrar los dientes solo sus mejillas pomposas de color carmín.

–¡Con ustedes dos no me puedo despistar un segundo!

Nuestras miradas de sorpresa cayeron sobre aquella mujer que apareció a nuestras espaldas.

–Solo faltan unos días para que regreses a casa. -dijo con una mirada acusadora hacia mi —No pueden obedecer por una vez en su vida.

Regaño aquella mujer.

–Nosotras...-intentamos excusarnos

–Les haré un favor; contaré hasta tres y las dos estarán paradas con dos cubetas frente a los baños.

–Pero... -intente decir

–Mamá... -intento decir Aneth

–Uno...

No lo pensamos ni dos veces y ya estábamos en la entrada con una escoba y un balde en cada mano.

–Esto es tu culpa. -reclame

Sweet SeductionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora