Corazón libre [Jevil x Lectora]

Magia, luz y oscuridad

Casi todos los días, Jevil y yo bajamos de nuestro hogar en el acantilado para explorar el pueblo, jugar con la gente, y darle emoción a este silencioso lugar con un pequeño festival de luces mágicas.

Él siempre es protagonista del show, su magia es tan fuerte que podría construir un carrusel en un santiamén... de hecho, ya lo ha hecho muchas veces.

En cambio yo... aún estoy aprendiendo. Pese a ser luz pura, nunca pude aprender a usar mi poder.

Siendo que mi único propósito cuando llegué a este mundo era sellar fuentes, lo único que tenía que hacer era brillar cuando el momento llegara. Eso es algo sencillo, a diferencia de crear con esa luz algo sólido, que pueda hacer volar y brillar por todo el escenario.

Incluso tras semanas de intentarlo, no he podido hacer más que estrellitas luminosas que flotan sin mucho control.

— ¿QUÉ OCURRE, BONITA? — La voz enérgica de Jevil me saca de mis pensamientos, así como el contacto entre su mano y mi brazo.

— ¿Por qué lo preguntas?

— DISTRAÍDA, ESTÁS MUY DISTRAÍDA, COMO SI ALGO TE PREOCUPARA, PREOCUPARA.

Me quedo en blanco por un momento. Uno de esos silencios incómodos que solo ocurren en nuestro acantilado-hogar. Mantuve mi mirada en el vacío del horizonte.

— No es nada relevante. Solo mi magia y... lo débil que es —. Chasqueo los dedos, apenas sale  una chispa blanca que se desvanece al instante. —  Aún estoy aprendiendo, supongo.

Sí, aprendiendo... semanas en el mismo lugar. Suspiro levemente.

Una risa bastante sutil hace eco por el acantilado. Al girar para ver al sombrío del que venía esa risa, este había desaparecido.

— UN MALABARISTA NO ES TAL HASTA FALLAR MIL VECES, MIL VECES, EL PRIMER CHISTE DE UN PAYASO NO SUELE SER GRACIOSO, GRACIOSO, ¿POR QUÉ UN MAGO DEBERÍA RENDIRSE NI BIEN HA COMENZADO SU SHOW, SHOW?

Una sensación helada, casi dolorosa, recorre mi espalda. Luego, unos guantes, extendiéndose desde la nada detrás mío, hasta tocar mis propias manos, trayéndolas hacia mi pecho.

La risa de antes, ahora no tan sutil, retumba en mi oído. Puedo sentir su rostro junto a mi nuca, y sus puntiagudas orejas atravesando mi cabello. Escucho su voz pronunciando mi nombre.

— MI TIERNA LUZ, YO PUEDO ENSEÑARTE, ENSEÑARTE, A DEJAR FLUIR ESA MAGIA QUE TIENES, Y CONVERTIRLA EN ALGO MARAVILLOSO, MARAVILLOSO. LA LUZ MÁS PURA, O LA MÁS ATERRADORA OSCURIDAD, NO TIENEN DIFERENCIA ALGUNA CUANDO SE CONVIERTEN EN MAGIA, EN CAOS, ¡CAOS!

Su voz, casi un grito, al estar tan cerca de mi oído, casi lo destruye. Me dolía un poco la cabeza. Mi cuerpo temblaba... PERO DE EMOCIÓN.

Sonrío esperanzada.

— Muy bien, dime lo que hay que hacer.

— CONCÉNTRATE, EN TU PODER, EN TU ALMA, ALMA, ERES LUZ, LUZ, DÉJATE BRILLAR-

Cerré los ojos, pensando en... en... ¿en qué me encontraba pensando...?

...

¿Dónde estaba?

Ahora solo hay oscuridad a mi alrededor.

Y yo soy solamente luz.

ESTO PARECE MUY, MUY INTERESANTE, FELICIDADES, MARIONETA MÍA, USTEDES DOS... HARÁN ALGO MARAVILLOSO, OSCURO Y MARAVILLOSO, MÁS OSCURO, MÁS MARAVILLOSO, AÚN MÁS-

¡...!

¿Qué fue eso?

Al abrir los ojos, puedo finalmente sentir la magia en mis manos. Las levanto y dejo fluir ese brillo. Puedo controlarlo, darle forma, guiarlo en la oscuridad de este acantilado.

Corazones, diamantes, ¡por fin, lo he logrado!

Sin perder el ritmo, concentrada en lo que podía hacer, iluminé todo el lugar con estrellas que volaron en espiral, hasta desaparecer en la lejanía.

— ¡Lo he logrado, lo he logrado, gracias, Jevil! — Volteo para verlo...

Está en el suelo, con la mirada perdida en la nada y una sonrisa a nada de desvanecerse.

— ¿... ocurre algo?

Antes de responder, se lanza hacia mí, abrazando mi cintura, con la sonrisa más torcida que he visto en su rostro. Su cola no deja de moverse de un lado a otro con gran velocidad.

— ¡BRILLANTE, BRILLANTE, LO HAS CONSEGUIDO, VAS APRENDIENDO, MEJORANDO, MEJORANDO! 

Su abrazo es tan fuerte que llega a doler. No puedo culparlo, siempre se emociona mucho por muchas cosas. Lo levanto, para que su mirada y la mía estén a la misma altura.

Su sonrisa pasa a ser más calmada. 

Pasa su lengua por mi rostro. ¡¡Es tan adorable cuando hace eso!!