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Más comentan más actualizo 👀

Sin dudas esta semana no había sido una de las mejores, al ser hijo único nunca se detuvo a pensar que tan dificil podía ser vivir con un niño como hermano; que llora, grita y necesita atención todo el día, mucho menos uno de casi su mismo tamaño que se encaprichaba con cada minima cosa y últimamente estaba tan sensible que ante la minima negativa ya era para que sangren sus tímpanos.

Con Jungkook pulmones de acero se debían andar con mucho cuidado.

La noche anterior se había quedado hasta tarde ayudando al señor Namjoon a calmarlo entre ruidos, sonajeros y peluches, que lograron dormirlo y dejar la casa en silencio un par de horas. Ya no le caben en la mano las veces que impidió un castigo para Jungkook hablando y convenciendo a su padre con que lo dejara pasar, pues sabía que todos estos berrinches solo se debían a una cosa: el club de fútbol americano.

Nadie en el instituto podía decir que desconocía el rol tan importante que cumple jungkook en el equipo, y ahora que se acercan los partidos más importantes no podía jugar sin la autorización de su tutor, el cual una y otra vez se negó permitirle ser participe de un club tan brusco, peligroso y rudo como ese.

Ambos Kims estaban siendo demasiado tercos para el sano juicio de todos los demás en la casa.

Al menos si algo bueno había que destacar, es que el señor Namjoon estuvo agradeciéndole su ayuda con arroparlo todas estas noches y él estaba más que encantado, incluso descuidando sus antes horas de aplicado estudio, pero no le preocupaba, últimamente había ganado con el primer lugar la competencia de matemáticas y la gran hoja en su escritorio lo confirmaba, eso significaba que seguía siendo igual de bueno y solo eso le importaba.

Ahora solo podía regocijarse de un lado a otro aplastando como una oruga, ya se había ido todo tipo de sueño de su ser pero no quería salir de la cama, menos si solo debía lidiar con kim llorón jungkook.

Bozteza una vez más y mira el reloj en su mesa de noche, las 9 de la mañana muy tempranito para ser un sábado en el que podía dormir hasta tarde sino fuera por todo ese ruido...

Ruido...

¿¡Y el ruido!?

Salta de su cama y recién lo nota; no hay llantos, ni gritos, peleas o lloriqueos ¿Que le había pasado a jungkook? ¿El señor Namjoon lo había castigado? ¿O solo se había rendido y ya?. No se dió tiempo de pensar más y a pasos apresurados va hasta la ultima puerta del pasillo y al entrar ve que la luz de noche sigue prendida, el mayor no había pasado por aquí todavía, y al entrar puede ver el cuerpo con las mantas y el cunero sonando suavemente dando vueltas. Al menos parecía que todo estaba bien por ahora

En medio de su suspiro de alivio, pequeños murmullos provenientes de la gran cuna se sacan de su ensoñación y no puede evitar acercarse para curiosear, es entonces que nota cierto movimientos y como se remueve, jungkook al parecer estaba despierto y extrañamente tranquilo, apenas puede asomarse un poco para verlo que es vigilado con ese par de grandes y oscuros ojos y recurre a esconderse de nuevo.

Un poco inútil, lo había visto y de seguro empezaría a llorar según rutina tan conocida que tenia esta semana.

Pero no, ni un minimo lloriqueo.

Por lo que se acercó un poco más y se asomó, es entonces que capta que no son murmullos, sino pequeños gorgoteos entre burbujitas de baba y sonrisitas. Tiene atrapado con sus manos uno de sus pies y no parece molestarle ser observado fijamente por la extrañada mirada de Jimin, quien se acerca un poco mas al borde y perfectamente puede verlo concentrarse en los ositos que giran frente a él con una suave tonada que provocan que se renueva entre pequeñas patadas y sus brazos tratan de alcanzalos.

ᨳ᭬ baby bullyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora