"Junko ¿Estás segura que esto va a funcionar?..."
Makoto dudaba de su novia a menudo, después de todo jamás está bien confiar enteramente en una loca que ha intentado asesinarte desde que pusiste un jodido pie en esta escuela... Aunque bueno, tampoco fue muy buena idea terminar enamorándose de ella muy a su pesar...
¡Sin embargo! Tenía derecho de sospechar que algo malvado estaba aconteciendo, ya que Makoto, el pan de dios más grande que había en el mundo, estaba atado en una rueda que suele usarse en los concursos de la tele, con brazos y piernas extendidos, y justamente pareciendo que estaba a punto de estar bajo tortura "En efecto esto es totalmente necesario" expresó la personalidad "profesora" de Junko mientras se acomodaba los anteojos que había sacado de la reverenda nada "Este es un experimento que será muy beneficioso a mi favor... Verás, sucede que yo, la máxima criatura creada por el desesperante ser humano, y cuyo intelecto pondría a llorar a los desgraciados de la NASA, no he podido matarte por ningún motivo. Por ende, mi hipótesis es de que tienes una suerte... ¿Cómo podrías llamarlo?... Suerte divina" cerró Enoshima mientras ajustaba las cuerdas de los brazos de su novio a la rueda.
Mientras tanto el joven castaño solo pudo mirar como su novia ejecutaba todo esto "Entonces... ¿Básicamente vas a hacer lo de siempre? ¿Intentar asesinarme para luego fallar miserablemente?" Cuestionó Makoto en voz alta, teniendo totalmente en cuenta de que esto no era nada nuevo, ya que Junko, desde el primer momento, trató de causarle daño de una u otra forma.
Pero nunca le ha llegado a lastimar, ni los cuchillos más afilados, ni una jodida bazooka directamente a él. Siempre había algo que impedía que ella derrotase al único enemigo que nunca se había doblegado ante ella y la placentera desesperación, era como sí él fuera aquél que nunca pudiera verse afectado de ninguna forma por su influencia.
Logró idiotizar al genio que casualmente era amigo suyo desde la infancia, engañó a medio mundo con su despampanante belleza y su maquiavélico cerebro...Pero Makoto siempre la vió como un ser patético.
Peor que un insecto.
Y que alguien tan insignificante le viera de esa forma tan condescendiente...
Era ridículo.
Debía aniquilarlo.
Y ahora probaría que solo era un gran fallo de cálculos lo que le separaban a ella de la aniquilación de aquél halo de esperanza a la cuál llamaba novio.
"Bien ¿Estás listo?~" con su personalidad adorable finalmente ejecutó la primera fase de su experimento.
La pregunta de investigación era simple "¿Era capaz la mal llamada "suerte" de Makoto de superar la increíble habilidad de predicción de la analista definitiva?
Por ello giró inmediatamente la rueda con toda su fuerza, haciendo sonoras finalmente las quejas de Makoto "¡M-Mierda Junko! N-No tan rápido, que si no voy a vomitar..." Terminó con un tono más débil, tratando de no sucumbir a las ganas enormes de vomitar por el tremendo mareo que le daba girar a esa velocidad. Mientras tanto Enoshima puso en marcha el experimento y comenzó a lanzar distintos objetos punzo cortantes a la rueda, y viendo que ninguno caía al suelo, supuso que todos se clavaron a algo, pero los gritos de Naegi no daban pista alguna, ya que si bien estaba gritando, ninguno parecía uno de dolor... Al momento de que dichos objetos se acabaron, dejó que la rueda continuase girando.
Giró y giró.
Y se detuvo.
¿Resultado? El idiota de Makoto Naegi estaba rodeado de montones de objetos cortantes que ella misma había lanzado: espadas, cuchillos de muchos tipos, navajas, machetes. Todos habían dado en la rueda.
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Destinos Entrelazados
FanfictionDos historias de las mismas personas, pero en distintas vidas. Historias de cómo una persona puede volverse mejor, sin dejar de ser ellos mismos. La historia de amor de Makoto Naegi y Junko Enoshima. Y la historia de amor de Shuichi Saihara y Miu Ir...