Luces y sombras de celebración

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Día 7: Gemas 

La gente se movía de aquí a allá con diversos objetos en las manos y soltando instrucciones para que todo quedara a la perfección

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La gente se movía de aquí a allá con diversos objetos en las manos y soltando instrucciones para que todo quedara a la perfección. Si te les quedabas viendo, llegaban a marear incluso.

A más de uno se le podía ver una expresión completa de estrés, como si temieran incluso poner una servilleta en mal ángulo. Y no era para menos, después de todo se trataba del evento de "celebración" que se llevaba a cabo después de dar los resultados finales de las elecciones para el puesto de Presidente del Partido de Unidad Nacional. Además, este año también sería un evento de beneficencia.

Mientras el personal iba de un lado a otro, una mujer de cabellos rosados se movía a un ritmo más lento, casi con la gracia de una figura de porcelana, con su vestido de seda verde que hacía resaltar sus brillantes ojos susurrando con cada paso. Tenía un semblante sereno mientras escrutaba cada rincón del recinto, asegurándose de que la organización del evento fuera impecable.

Los arreglos florales emanaban un aroma dulce que llegaba hasta sus fosas nasales cuando pasaba cerca de ellos. Sus dedos finamente manicurados rozaban los pétalos mientras ajustaba sutilmente un ramo que no parecía en perfecto equilibrio. Al hacer eso, su mirada se clavó más tiempo del necesario en la brillante gema que estaba incrustada en el anillo que estaba colocado en su dedo anular. Una gran sonrisa se plasmó en su rostro al recordar el día en que lo obtuvo.

Volvió a fijar su mirada en su alrededor. Cada detalle debía estar alineado con una armonía exacta, reflejo de la imagen pulcra que debía proyectar.

Con una lista mental que repasaba sin descanso, caminaba entre las mesas, verificando que los manteles cayeran con elegancia hasta el suelo y que los cubiertos relucieran bajo las lámparas de araña que emanaban una luz que daba un toque cálido al lugar. El personal de servicio, conscientes de su presencia y su mirada que seguramente buscaba errores, ajustaban sus posturas y atendían sus últimos retoques con una eficiencia redoblada.

Sus ojos, dos esmeraldas que brillaban con una intensidad que incluso hipnotizaba, se detenían en cada pequeño detalle: las tarjetas de asiento con nombres escritos en una perfecta caligrafía, las velas colocadas estratégicamente para acompañar el ambiente bañado en una luz cálida y acogedora, y las puertas dobles que pronto se abrirían para recibir a la élite política y social.

Aunque su exterior mostraba una calma inquebrantable, detrás de esa fachada de serenidad y control, un cansancio bien disimulado se insinuaba en los momentos en que nadie la observaba. Las constantes noches de insomnio comenzaban a pesar sobre sus hombros, pero su determinación era férrea. Nada podía quedar al azar.

Finalmente, se detuvo en el centro del salón, respirando hondo y permitiéndose un breve momento de satisfacción. El resultado de semanas de meticulosa planificación se desplegaba ante ella como un tapiz bordado con hilos de esfuerzo y dedicación.

Ethereal Finds | Damianya week 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora