Cuatro

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–¿Qué tal te fue?

–Ay, Soobin, creo que voy a reprobar –exclamó, frustrado. El muchacho, mejor amigo de Soobin, había sido de los últimos en salir. Cuando el reloj marcó el inicio de la siguiente hora, el docente a cargo indicó que los faltantes debían entregar su examen.

–¿No estudiaste?

–¡Lo hice!, ¿pero sabes qué pasó? Los demonios de mis pesadillas me robaron mi conocimiento. Todo mi estudio y las horas que me desvelé fueron en vano, Soobin-ssi –expresó con infantil enojo, restregandose las manos por la cara y el cabello, desesperado–. Anoche volví a soñar con ese monstruo. ¿Lo recuerdas? El que era grande y morado, con alas de unicornio.

–Por dios, Beomgyu.

–¿Qué?

"Este niño es un caso perdido." Pensó.

–¿Qué piensas hacer?, ¿de verdad estabas tan perdido en el examen?

Un fingido llanto resonó, proveniente del chico de largos cabellos. Para qué mentía; Soobin ya lo conocía, seguramente no había estudiado mas que cinco minutos antes de la prueba.

–Te quedaste jugando League of Legends, ¿no es así?– el castaño presionó los labios, temblorosos. Había sido descubierto y se mentalizaba para la regañiza que su amigo le daría –. Ya me imaginaba. Beomgyu, no deberías llevártela tan fácil solo porque está iniciando el semestre.

–No, este semestre es el bueno, te lo prometo– se irguió.

–Eso dijiste el semestre pasado, y mírate. Sigues recursando la misma materia por tercera vez. Incluso ya te alcancé, hyung.

Beomgyu había ingresado a la facultad en el comienzo de 2018 con diecinueve años, mientras que Soobin a sus dieciocho ingresó en el verano de 2019. Es decir que mientras Soobin iba en primer semestre, Beomgyu iba en cuarto. Lo conoció por primera vez al compartir la clase de Farmacobiología II. En ese entonces, el mayor de los dos estaba recursando por segunda vez, luego de haber reprobado exitosamente en su primera oportunidad.

Recordaba muy bien el inicio de aquella amistad, ese día en que encontró a Beomgyu al borde del colapso, con una crisis nerviosa que hasta la fecha, no sabía explicar. El chico en ese entonces parecía no tener amigos, al igual que Soobin. Encontró muchas similitudes en él, y al conocerse, se dieron cuenta que tenían montón de cosas en común. Producto de aquello, nació su gran amistad. Estaban por cumplir tres años de conocerse, sin embargo, durante todo ese periodo Soobin había notado ciertos patrones que se repetían en Beomgyu y que no le gustaba cuestionar, pues era como indagar entre algo en lo cual él no tenía derecho a meterse, pero a final de cuentas seguía tratándose de su mejor amigo y su bajo rendimiento durante ciertas temporadas. Claro que se iba a preocupar.

Ciertamente beomgyu no era el estudiante estrella de la facultad, pero sobresalía a su manera. Era un alumno promedio; bueno en algunas materias y con sus debilidades en otras. A comparación de Soobin, Beomgyu tenía una baja retención de la memoria, se perdía entre sus pensamientos con facilidad y le costaba mantenerse concentrado.

Soobin creía que solo se trataba de falta de disciplina. Pero la realidad estaba muy lejos de ahí.

–Haz un esfuerzo, yo sé que si te lo propones puedes lograrlo. Aún estás a tiempo de recuperarte– Beomgyu había alargado su carrera debido a todas esas veces que reprobó sus materias. Él debía haberse graduado hace tres semestres, eso significaba que ahora estaba cursando el semestre trece y la tolerancia era de catorce. Si no hacía algo al respecto, sería dado de baja en automático, y honestamente no quería aquello –. Yo puedo ayudarte a estudiar si es lo que necesitas. Aún estás a tiempo, si todo sale bien, podemos graduarnos juntos en la próxima generación.

𝐓𝐡𝐞 𝐊𝐢𝐥𝐥𝐚 - 𝐒𝐨𝐨𝐣𝐮𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora