🫀| Parte V.

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05

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05. You'd have to stop the world just to stop the feeling.

—Bradley.

Max me apretaba contra la puerta, sus manos recorriendo mi espalda con una intensidad que me dejó sin aliento. Su beso era ardiente, lleno de una necesidad que parecía haber estado acumulándose durante toda la semana.

Sentí sus manos recorriendo mi espalda, tirando de mi camisa, tratando de acercarme aún más.

—Max... —murmuré entre besos, tratando de recuperar el aliento—. Espera.

Pero él no me dejó terminar. Sus manos comenzaron a desabrochar mi camisa, sus dedos temblaban ligeramente. Sentí un escalofrío recorrer mi columna vertebral, pero no era sólo el frío; era la electricidad de su toque, la manera en que sus dedos se movían con tanta determinación.

—Bradley... —susurró contra mi cuello, sus labios rozando mi piel—. No puedo más. Te necesito.

Asentí, incapaz de formar palabras coherentes. La intensidad de sus sentimientos, la urgencia en sus acciones, todo me abrumaba y me atraía al mismo tiempo.

Lo tomé por los hombros y lo empujé suavemente hacia la cama. Se dejó caer sobre el colchón, mirándome con esos ojos intensos que parecían desear devorarme. Me quité la camisa y me acerqué a él, sintiendo cómo su respiración se aceleraba al verme.

—Max —dije, mi voz apenas un susurro—, ¿estás seguro de esto?

Él no respondió con palabras, simplemente me tomó de la cintura y me atrajo hacia él, sus labios encontrando los míos una vez más. Su desesperación era contagiosa, y pronto me encontré correspondiendo con igual intensidad. Mis manos encontraron su cintura, acariciando su piel bajo la sudadera. Sentí su cuerpo temblar ligeramente bajo mi toque, y eso solo avivó más mi deseo.

«Ay, señor. Apiádate de mí».

Mientras nuestras manos exploraban nuestros cuerpos, sentí cómo todo el mundo se desvanecía, dejando sólo el calor de su toque y el ritmo de nuestros corazones acelerados.

—Max, espera un momento —dije con voz entrecortada, apartándolo suavemente.

Él me miró con confusión, sus ojos brillaban con una mezcla de deseo y preocupación.

—¿Qué pasa? ¿Te arrepientes? —preguntó, su voz temblorosa.

Sacudí la cabeza rápidamente, tratando de encontrar las palabras adecuadas.

—No, no me arrepiento, pero... creo que necesitamos hablar primero —expliqué, sintiendo cómo la tensión se acumulaba en el aire.

Max asintió lentamente, su expresión mezclaba la decepción con la comprensión.

—Está bien, hablemos —dijo, buscando mi mirada con determinación.

Respiré profundamente, tratando de organizar mis pensamientos mientras buscaba las palabras adecuadas para expresar lo que sentía.

Más que un favor ⚠︎︎ | Max & Bradley.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora