Epílogo.

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Epílogo

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Epílogo. For the first time ever we're seeing it eye to eye.

—Max.

Dejé mi mochila en el suelo del pasillo mientras observaba las manecillas del gran reloj que colgaba de la pared. Eran las tres menos cuarto de la tarde.

«Justo la hora en que Brad sale de su clase».

Habían pasado dos semanas desde que nos habíamos hecho novios, pero no se lo habíamos contado a nadie todavía. Ni a su amigo Tanque, ni yo a P.J. y Bobby. Menos a mi papá.

Digamos que la clandestinidad tenía su propio encanto.

Sonreí al ver su cabellera castaña entre la multitud de estudiantes. Estaba charlando alegremente con su amiga Emile.

Me acerqué a ellos con paso decidido y, al llegar a su lado, puse una mano en el hombro de Bradley. Él se giró para mirarme, una sonrisa automáticamente apareciendo en su rostro.

—Hola, Brad —dije, intentando mantener la voz casual.

Emile no pudo evitar notar el gesto y miró la situación con una mezcla de sorpresa y gracia, levantando una ceja como si supiera más de lo que estaba diciendo.

—Bueno, bueno, parece que alguien se alegró de verte, Bradley. ¿Es el chico de la cafetería que nos estaba mirando mal?

Bradley soltó una pequeña risa, pero noté que su rostro se sonrojaba ligeramente.

Tal vez sea porque nunca tuve una amiga, pero su amistad es algo rarita.

—Sí, Max es el mismo —respondió, su sonrisa haciéndose más amplia—. ¿Duraste mucho tiempo esperándome?

Antes de que pudiera responder, Emile intervino de nuevo, su tono ligero pero con un matiz de diversión.

—Parece que esta vez se ha armado un pequeño triángulo, ¿eh?

Bradley le lanzó una mirada que intentaba ser severa pero que no lograba ocultar del todo su nerviosismo.

—Algo... así.

—¡No puede ser! ¿Se han acostado y no me has contado? Qué malo.

—¡Emile Isabelle Edward's!

—Ay, mi nombre completo no, Brad. Sabes que no me gusta.

—Entonces no me avergüences delante de mi novio.

No pude evitar sonreír. Era una sensación cálida y reconfortante escuchar a Bradley referirse a mí como su novio. La palabra sonaba tan gloriosa en sus labios que me hizo sentir una dicha indescriptible.

Emile sonrió ampliamente, dando un paso hacia adelante y apoyando sus brazos detrás de nuestras espaldas, quedando en medio de nosotros. Su presencia era una mezcla de calor y travesura, su energía parecía contagiosa.

Más que un favor ⚠︎︎ | Max & Bradley.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora