🫀| Parte IV.

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04

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04. 'Cause baby, I would die for you.

—Bradley.

«Maldito Max».

«Maldito seas porque ahora no puedo dejar de pensar en ti», siseé para mis adentros.

Mis pensamientos estaban en un bucle constante de frustración. La sensación de no poder sacarme a Max de la cabeza era exasperante. Sentía cómo su presencia se infiltraba en cada rincón de mi mente, y me volvía loco.

Había pasado una semana desde esa vez que... bueno, casi me le entrego. Es humillante solo recordarlo. Las ganas de arrancarme la cabeza no me faltan.

«Bradley eres de lo más estúpido, estúpido y mil veces estúpido».

¿Por qué no pude resistirme?

—¿Bradley? —la voz de Tanque me sacó de mis pensamientos oscuros.

—¿Qué...? ¿Qué quieres, Tanque? —respondí con más brusquedad de la que pretendía.

Estuve evitando cualquier encuentro con Max, pero no es el tampoco estuviera interesado en buscarme.

Pensé que sería lo mejor así, dejarlo así. Olvidarlo.

—No copiaste nada de la tarea —dijo preocupado. Tanque era uno de los pocos amigos que me quedaban después de esa estúpida competencia contra Max. La mayoría de mis "amigos" habían tomado partido, y yo me había quedado prácticamente solo.

Hace un año, no dejaba que nadie entrara a mi habitación. Una habitación que no compartía con ningún compañero de la fraternidad porque no soportaba el desorden, y mis antiguos amigos lo eran. Ventajas de que tu padre contribuya tanto con la universidad.

Hasta que me di cuenta que, el único que siempre estuvo ahí a pesar de todo lo que hice, después de que lo estropeé al tomar la desesperada decisión de hacer trampa porque odiaba —odio— perder, se iría si no me abría con él de forma sincera.

Y una de esas medidas que consideré, fue que pudiera entrar y estar en mi habitación. El único lugar donde puedo ser yo mismo.

—Brad... —Tanque intentó llamarme la atención de nuevo.

Para mí sorpresa, demasiada diría, Tanque respetaba mi orden.

—Sí, lo siento. —Suspiré, tratando de concentrarme en la tarea frente a mí, aunque mi mente seguía volviendo a Max.

Cada día parecía más difícil evitar pensar en él. Mis pensamientos volvían una y otra vez a aquella noche, a cómo me había hecho sentir. Y lo peor era que no podía hablar de esto con nadie. Ni siquiera con Tanque, quien se había convertido en mi única constante en este caos.

Pero tenía que seguir adelante. Tenía que encontrar una manera de sacarlo de mi mente.

O por lo menos intentarlo.

Más que un favor ⚠︎︎ | Max & Bradley.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora