16

397 39 17
                                    

Era otro día, pero nuevamente estaba frente a la tumba de mi Papu contándole como me va, no había podido ir a visitarlo antier ni ayer porque estuve ocupado con algunas cosas.

Estuve trabajando en un proyecto con una compañera de mi mismo salón, nos hicimos amigos casi al instante porque la mamu me dio muy buenas vibras, y aveces me recordaba un poco a Miguel, pero nadie jamás podría ser comparado con él.

Y aunque gracias a ella he estado saliendo más y no me he concentrado tanto en mi tristeza, es claro que ya no soy el mismo de antes. Maestros, e incluso compañeros con los que jamás en mi vida hablé me han dicho que me veo diferente, mi vibra no es la misma, dicen.

— Estuve pensando mucho en ti en la clase de Informática, siempre te quedabas dormido en las clases de ese maestro —Comenté con una sonrisa leve, después abrí las galletas de bombón que traje — Te daría, pero como estas muerto, ni modo, para qué te ibas.

Reí, solo bromeaba, seguro parecía esquizofrenico, pero no importa, porque podía imaginarme a mi Papu riendo conmigo. Le habría dado gracia, estoy seguro.

— Bueno, aún te extraño bastante, todavía me siento triste por tu ausencia —Y la culpa sigue conmigo, es algo que al igual que la tristeza y las pesadillas, no me ha dejado en paz; Me llevé una galleta a la boca, recuerdo que a mi Papu le encataba comerse primero los bombones y después la galleta. Sonreí, y las ganas de llorar volvieron, soy demasiado sensible cuando se trata de Miguel.

— Aveces en serio te odio —Mi voz ahora sonaba cortada, comenzaba a sentirme molesto. Molesto conmigo, molesto con Miguel, molesto con su madre, molesto con mis amigos, con Dios y con todo el mundo.

Nuevamente el sentimiento de impotencia al recordar todo me invadió de manera abrupta y de la nada, me pasaba seguido y eso ocasionaba que tuviera algunas crisis.

Dejé las galletas de lado y metí mis manos a mi sudadera para sacar algo de papel.

Me sorprendí cuando sentí algo doblado ahí, lo saque y era la carta de mi Papu, mis manos temblaron, ¿Debería leerla ahora?

Miré la tumba frente a mí y después la carta de nuevo, suspiré y con miedo y cuidado, la abrí.

— Si me sales con alguna jalada, te sacaré de ahí, te reviviré y después te asesino otra vez. —Sentía que todo mi cuerpo temblaba y el frío del nublado día lo sentía más calante cada vez.

Luis... ¿Cómo empezar?

Seguramente para cuando estés
leyendo esto yo ya este colgado allá
abajo, perdón.

Sé que esto es muy egoísta de mi parte,
también sé que soy un cobarde al
irme por el camino fácil.

— Lo eres —Susurré, todavía estaba enojado.


Espero de verdad que puedas perdonarme por
esto, y que puedas seguir con tu vida. Eres una
persona genial, seguramente encontraras
a algún chico, o a una bonita chica con quien
formar una familia.

Quiero que sepas que absolutamente
nada de esto fue tu culpa, todo esto
es responsabilidad mía, y nuevamente,
lamento haberte arrastrado conmigo.

No pude deshacerme del cuerpo aquel día,
me sentía terrible, acababa de asesinar a mi
madre, ahora me doy cuenta de que fue
la idea más idiota que pude haber
tenido nunca, y tú intentaste advertirme
pero era demasiado tarde.

No puedo con esta culpa que estasobre mis hombros,
mis días se han vuelto más miserables y sé
que lo has notado, y justo por eso, es que no
quiero seguir haciéndote más daño con
mi mierda.

Te amo, de verdad, fuiste la
única persona que ame en serio
y por la que daría todo para que estés bien.

Adiós, tal vez en otra vida
logremos coincidir nuevamente.

Había un pequeño corazón dibujado al final, mis lágrimas volvieron a aparecer, esto pudo ser evitado totalmente, ¿por qué?, ¿por qué tenía que terminar así?, no podía dejar de preguntarmelo.

Sentía mis dedos fríos temblar y mi nariz estaba congelada, tenía leves espasmos de vez en cuando por el frío y el nerviosismo del momento, mis pies no los sentía y solo podía pensar en Miguel y en nada más.

¿Cómo sería si esto jamás hubiera pasado?, ¿si me hubiera hecho caso?

Me puse de pie, mirando la tumba de mi Papu aún con lágrimas en todo mi rostro, y para añadirle más limón a la herida, el cielo nublado comenzó a tronar y una lluvia muy fuerte empezó. Ahora me sentía peor, no pude evitar gritar desgarradoramente, tenía tanto guardado, tantas palabras que quería decirle y que no podía.

Poco a poco mi cuerpo comenzaba a empaparse y mis lágrimas se perdían con las gotas de lluvia, mi pelo se pego a mi frente y la carta ahora estaba mojada también, haciendo que se corra un poco la tinta con la que fue escrita. La metí a mi bolsillo de nuevo.

Lloré todo lo que mi cuerpo me permitió, haciendo rabietas molestas y gritando para así sacar todo lo que mi cuerpo cargaba.

La lluvia cura y sanitiza a las almas rotas, dicen.

Me recosté en su tumba boca arriba, con las gotas de lluvia cayendo directo en mi cara. Mis lágrimas habían cesado, ahora me sentía más relajado de al fin haber sacado todo lo que tenía guardado desde hace meses.

Fuck it - PapuFresco [CONCLUIDA] [Corrigiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora