14

395 36 7
                                    

Ha pasado casi un mes o más desde que sucedió aquello, todavía sigo sin poder procesarlo y me siento como si todo esto fuera un mal sueño, como si algún día fuera a despertar de esto y entonces así Miguel, mi Papu favorito estaría conmigo aún.

No he asistido a la escuela porque eso solo me trae más recuerdos lindos, que en este momento son jodidamente dolorosos.

El cuerpo de Miguel fue entregado a la familia por parte de su madre, no tenía idea de que hubiera más, pero como sea.

Lo llevaron a un cementerio que está cerca de aquí, la familia vive en otro Estado, no quisieron llevárselo, y que bueno que no, así puedo visitarlo todavía. El de su madre, a lo poco que nos dijeron, lo llevaron a incinerar para poder llevarla con ellos.

Mis amigos suelen llamarme aveces e incluso vienen a visitarme, pero no duran mucho porque se cansan de verme en este estado tan deplorable. He dejado de tomar sus llamadas y me he aislado de todos, incluso de mi familia.

También suelo tener pesadillas con lo que ví ese día, la imagen de Miguel colgado es algo que me atormenta en todo momento y posiblemente lo haga durante un largo tiempo todavía.

Me han aconsejado asistir a un psicólogo para sanar y seguir avanzando, pero ahí esta la cosa, yo no quiero seguir avanzando si no es con mi Papu, ni siquiera he leído su carta, no quiero dejarlo ir aún, y estoy siendo egoísta nuevamente, pero no quiero.

Bajé a la cocina, tenía hambre, no he comido bien desde hace algunos días. Mi madre estaba ahí, ya no salía tanto de casa, ahora permanecía más tiempo ahí porque no quería dejarme solo con toda la tristeza que sentía, y aunque eso no me ayudaba demasiado, apreciaba el apoyo que mi jefecita me brindaba, se esforzaba por hacerme sentir que no estaba solo y que todo mejoraría.

"Ahora está en un lugar mejor, Luis, déjalo ir, déjalo descansar al fin", es lo que siempre me dice.

— Hola hijo, ¿cómo estás? —Suspiré, sabes como estoy, má. Pensé.— Bien, gracias, ¿qué hay de comer?—Tomé asiento en la mesa, yo seguía en pijama, no me la he quitado desde hace una semana, tampoco me he duchado, seguro huelo terrible. 

— Hice pescado empanizado, como te gusta —Sentí un nudo en la garganta, Miguel siempre me cuestionaba el porqué me gustaba tanto el pescado, a él no le gustaba nada que tuviera que ver con mariscos, a excepción del atún.

— Que asco, cuck, también en la comida tienes un gusto de mierda —Dijo, habíamos ido a comer a un restaurante donde vendían de todo, yo lo invité— Bueno, me gustas tú, tan gustos de mierda no tengo —Le dije solo para molestarlo.

El siempre me decía en todo que tenía muy malos gustos, aunque sabía que mentía porque al final a él terminaba por gustarle también.

Su rostro se torno rojo y luego me dio un golpe leve en el hombro, bromeando. Reí y después tú lo hiciste conmigo, te besé le mejilla de manera tierna y seguimos con nuestra cita, o "reunión de panas", porque no te gustaba que dijera esa palabra.

Algunas lágrimas resbalaron por mis mejillas, terminando su viaje en mis labios, sabían saladas, el mismo sabor salado y amargo que perduaraba en mi boca desde aquella vez.

Mi madre me abrazó como solo ella sabía hacerlo para tranquilizarme, se lo devolví.

Fuck it - PapuFresco [CONCLUIDA] [Corrigiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora