Capitulo 16

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En la tranquila terraza de una cafetería, con el murmullo de la ciudad como telón de fondo, Marcia y Alba se sientan frente a frente. La luz del atardecer baña sus rostros mientras Alba nota una sombra de preocupación en los ojos de la pelirroja quien se veía desvelada y apagada.

_¿Qué te pasa, Marcia? Te veo distraída, pregunta Alba, su voz llena de una preocupación, pero algo nerviosa por conocer lo que le estaba pasando a su amiga ya que no queria hacerla recordar sobre lo que habia pasado hace algunos meses.

Marcia suspira profundamente, jugueteando con la cucharilla de su café antes de mirar a Alba directamente a los ojos.
_Es Esteban... he estado ignorándolo estos días.

Alba inclina su cabeza, sorprendida. _¿Ignorándolo? ¿Pero por qué?

_Hay momentos en que siento que no me entiende, que no ve las cosas desde mi perspectiva. Confiesa Marcia, la frustración tiñendo sus palabras.
Y en lugar de discutir y crear más conflicto, he optado por el silencio.

Alba toma la mano de Marcia sobre la mesa, ofreciéndole un apoyo silencioso.
_ El silencio puede ser tan dañino como las palabras, Marcia. Tal vez sea hora de enfrentar esos problemas juntos, en lugar de esconderse detrás del silencio, entiende que todo esto no ha sido solo difícil para ti sino también para él

Marcia asiente lentamente, sabiendo que Alba tiene razón.
Tienes razón. Necesito hablar con él y arreglar las cosas antes de que el silencio se convierta en un abismo entre nosotros, incluso estoy segura que ya lo es, ya ni siquiera estamos juntos, nos esquivamos, a veces cuando estamos con los muchachos cenando ni siquiera cruzamos palabra... -su voz había salido con un deje de nostalgia y tristeza -

_ Ve y habla con Esteban, no dejes pasar más tiempo. Dile todo lo que sientes así como me lo estás contando a mi Marcia...

Después de salir de ese café la abogada pensaba de que manera podía ir a hablar con su esposo. A pesar de que ella era la que ponía distancia no podía evitar sentir nervios de tener ahora que ir a dar la cara por todas las veces que lo rechazo.
No tuvo mejor plan que ir a comprarle un presente, un café y su budín de chocolate favorito. Si bien era un simple gesto esperaba poder poner proponerle una tregua con ese detalle.

_ Adelante!!! -grito desde su escritorio sin sacar la vista de su computadora-
Marcia solo entro, hacía una eternidad que no pisaba esa oficina.
El al no escuchar ningún reclamo, la voz de su secretaria o algún socio que venía a discutir, quería a lo que estaba acostumbrado últimamente levanto su mirada y se encontró con unos enormes ojos verdes mirándolo desde la puerta.
_ No esperaba verte por acá...

_ Es que... -se acerco- pase por tu cafetería favorita y te quise traer algo para que no estés con el estómago vacío. -le mostró la bolsa y se la dio-

_ Gracias... - Si vienen esa actitud se le hacia algo rara puesto que lo único que últimamente escuchaba de su mujer era reclamos decidió permanecer callado y solo agradecerle.
_ Es mi favorito gracias! Amo este budín... -parecia un niño emocionado con un juguete nuevo -

_ Lo sé... - le dedico una leve sonrisa y se fue caminando directo detrás de sus escritorio, quedando ella detrás de su silla, el empresario solo se quedó quieto y ella sin más lo abrazo por detrás.-

_ Te sientes bien? - le pregunto preocupando-

_ Porque preguntas eso solo te estoy abrazando... -Se separó un poco -

_ Es que ya no recuerdo la última vez que salio de ti darme un abrazo... - le dijo sin rodeos- hasta había olvidado que se sentía...

La pelirroja sintió eso como un reclamo y en vez de querer arreglar las cosas sintió esas palabras como un rechazo.
_ Pues perdón! No lo vuelvo a hacer. -se soltó de su agarre- que tengas un buen día Esteban. Y disfruta tu budín.

Jaque MateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora