Novela Elise I - OCxTrafalgarLaw

Capítulo 8: El rey demonio

El mundo era muy distinto a como lo conoció alguna vez, tenía catorce años, lo que lo volvía aún más complicado. Afortunadamente ya tenía algo de experiencia sobreviviendo, pero por su edad no podía conseguir un trabajo estable, mucho menos un lugar para dormir, solo hacía pequeños mandados a cambio de comida o un poco de dinero.

Mientras realizaba un encargo, le llamo la atención un marine que estaba poniendo algo en el tablón de anuncios, eran carteles con fotos de personas.

—Disculpa ¿Qué significan esos carteles? —preguntó Elise curiosa.

— ¿Ah, estos? Son carteles de criminales que busca la marina, se le paga a la gente la cantidad que viene ahí si llegan a traerlos vivos o muertos.

— ¿Se les paga todo eso? ¿De verdad?

—Sí, pero también sirve para que niñas como tú, se alejen de esas personas peligrosas; recuerda, si ves a alguno de ellos, llámame e iremos a ayudarte—el marine le sonrió antes de irse.

Elise se quedó mirando un poco más los carteles, quedando impresionada por la cantidad de dinero que ofrecían por unas personas. Trato de no perder más tiempo y continuo su camino para terminar el encargo.

Cuando termino, compro un pedazo de pan y empezó a buscar un lugar tranquilo para comer mientras pensaba que debía buscar la manera de arreglar su situación pronto, a ese paso volvería a ser como cuando era niña, una ladrona odiada y no quería eso.

Unirse a los piratas no era una opción y la marina usaba blanco, ese color que Finotter nunca le permitió quitarse y no iba a permitir volver a utilizarlo mientras viviera.

Mientras caminaba por uno de los callejones, alguien la tomo cubriéndole la boca.

— ¡Mira lo que tenemos aquí! ¡Es una niña bastante bonita! —los ojos de Elise demostraban un terror profundo, tanto que hizo reír al hombre— ¡Qué buena mirada! ¡Seguro me darás buen dinero si te vendo como esclava! ¡O mejor aún! ¿Qué tal si te vuelvo parte de mi tripulación?

¡Era un pirata! Uno de los hombres que había visto en el cartel. Empezó a atarla para llevársela, igual cuando era niña. De la impresión no sabía como reaccionar, el mismo miedo que sintió volvió a apoderarse de ella, no podía moverse, era como si en verdad fuera una muñeca que hacía las acciones que le pedían.

"Volverás a mí, Elise"

La voz de Finotter la hizo reaccionar. De todas las cosas posibles, no iba a darle la razón, no iba a regresar a ese sitio ni esos recuerdos.

DE NINGUNA MANERA.

Un disparo seco atravesó la cabeza del hombre, un mosquete había aparecido en el costado para darle a quemarropa y hacer que cayera al suelo.

Elise se quitó las ataduras y cayó de rodillas aun lado del cuerpo, respirando agitadamente mientras se veía reflejada en ese líquido carmesí que se derramaba.

—Quizá ese color no está tan mal para mí.

Elise entraba a la oficina de la marina y se acercó al escritorio del marine con quien había hablado antes que la saludo alegremente mientras le preguntaba si sucedía algo; le entrego una bolsa que al tocarla se sentía algo húmeda. El marine quedó pálido al ver qué había dentro, era una cabeza.

—Págueme correctamente ¿Bien? —dijo sonriendo mientras le entregaba el cartel de se busca.

Mucha gente cayó ante la mira de Elise, los mataba de forma equivalente conforme a los delitos por los que los buscaban, sin importarles quienes eran o qué tan insensible podía ser. No era por ser una justiciera, más bien, era porque no soportaba la idea de dejarlos vivir, pues personas así de despreciables no debían saber lo que era el amor.