Cantos Y Hechizos

48 12 6
                                    

Día 10. Canto de Sirena.

⚠ Advertencia de capítulo: extensamente explicativo.

Las palabras de su amigo resonaron en sus oídos como un eco distante, llenando el vacío de su mente con una mezcla tumultuosa de emociones qué lo dejaban incapacitado para reaccionar. Se sintió como si estuviera suspendido en un limbo entre la incredulidad y la comprensión, aturdido por la gravedad de lo que acababa de pasar. Sin embargo, a medida que la realidad comenzaba a formarse ante sus ojos, pudo reaccionar.

Un torrente de pensamientos y sentimientos lo invadió, como una avalancha que arrasa con todo a su paso. Cada emoción, desde el miedo hasta la determinación, luchaba por dominar su mente y su corazón. Pero en medio de ese caos interno, una certeza se afianzaba con cada latido de su corazón: la determinación de proteger lo que más valoraba en este mundo. Esta vez, no se quedaría inmóvil. Sus movimientos serían con determinación y el firme propósito de defender lo que ama.

Con el corazón desbocado, Afrodita siguió a Saga y se detuvo cuando aquella criatura se sumergió más en las oscuras aguas. Miró en dirección del santo, quien permanecía inmóvil, sin saber qué hacer. A través de las aguas, pudo percibir la tristeza y el desasosiego provenientes de Saga, y no pudo evitar que sus propias lágrimas comenzaran a confundirse con la infinita agua del mar.

A una orden suya, sus dos fieles amigos y escoltas se situaron junto a él, formando una barrera protectora a su alrededor. Afrodita cerró los ojos, y sus celestes cabellos brillaron con una intensa luz dorada. Su canto silencioso comenzó a extenderse por todo el océano, como una melodía que buscaba calmar las aguas turbulentas y consolar los corazones afligidos.

Juntó sus manos a modo de oración y una melodía silenciosa comenzó a resonar en su mente. El sonido fue arrastrado por las corrientes marinas, su melodía danzando entre las olas que rompían contra las rocas con un estruendo suave pero constante. Se extendió por los corales, donde las estructuras vivas actuaron como amplificadores naturales, proyectando la canción del mar en todas direcciones.

Cada nota se convirtió en un eco que rebotaba entre las formaciones submarinas, llenando el océano con una sinfonía de sonidos que resonaban en armonía con la pulsante vida marina. Los peces curiosos se acercaron para escuchar, mientras el sonido continuaba su viaje, tejiendo un tapiz de melodía que se extendía a través de los vastos dominios del océano. Todo esto con el propósito de que fuera escuchado por aquellos a quienes iba destinado su canto, llevando su mensaje a cada rincón del mar.

Las sirenas, desde su nacimiento, eran bendecidos con la capacidad de controlar las corrientes marinas con su canto, moviendo las aguas a su voluntad y creando remolinos y mareas con solo una melodía. Con el tiempo, algunas lograron dominar técnicas más sutiles, como el encantamiento de criaturas marinas o la creación de ilusiones a través de su voz.

La magia de su canto podía calmar a los feroces tiburones o atraer a los delfines juguetones, así como proyectar imágenes etéreas que confundían a navegantes desprevenidos. Cada nota que emitían era una manifestación de su conexión profunda con el océano, un vínculo que les permitía moldear su entorno y proteger su hogar submarino con una armonía poderosa y encantadora.

A través de la práctica y el estudio de las antiguas artes de su linaje, las sirenas perfeccionaron sus habilidades vocales, ampliando su repertorio de encantamientos y hechizos, todas tenían un don y este no está limitado, sino que lo pueden llegar a perfeccionar. Cada nueva habilidad adquirida se torna en un tesoro invaluable, una manifestación más de la conexión única que las sirenas compartían con el vasto océano que los rodeaba.

Estos rituales sagrados les permitían manipular las mareas, convocar tormentas, y comunicarse con los seres más antiguos y sabios del mar. Su canto podía sanar heridas, otorgar visiones del futuro y, en ocasiones, incluso permitirles caminar entre los mundos de los vivos y los muertos. Cada ceremonia era un recordatorio de la profunda sabiduría y el inmenso poder que fluía a través de sus voces, un legado ancestral que perpetuaba la armonía entre ellos y el océano.

Encanto de SirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora