04/02/24Si pudiera dejar de pensar en ella, todo sería más fácil para Nicolás. Comiéndose la cabeza sabiendo que ella lo ve solo como amigo.
¿Quién es su amigo? ¿Por qué la invitó a verlo jugar? ¿Quién es? ¿Qué tan bien juega? ¿Desde cuándo se conocen? ¿Por qué nunca escuchó nombrarlo? Algunas preguntas que pasaban por la cabeza del uruguayo.
Nicolás se levantó por tercera vez en la madrugada en busca de un vaso de agua, el tercero en realidad. Revisó su celular una vez más repitiendo la acción de hace media hora antes: “rubiecita hueca” ¿que cocinaste? Dejarla en visto. ¿Por qué?
─Si supiera ─se contestó él mismo apagando el aparato para dejarlo sobre la mesada
Hace semanas su cabeza inundada con pensamientos relacionados solo a ella, su risa, palabras, frases locas, sonrisas, ojos brillantes, fotos.
Camina como perezoso hacia su habitación y se acuesta del lado izquierdo, hábito que se le inculcó de tanto dormir con ella.
Tan cerca, pero tan lejos la tenía en cada pensamiento. Dicen que el que no arriesga no gana, pero, ¿Y si no gana?
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El partido contra Vélez dió comienzo cuando el árbitro tocó el silbato, Antonella y la familia Fonseca lo miraban desde el palco. Horas antes se habían conocido y desde ese momento la abuela de Nico no la soltaba, la mayor era demasiado tierna e interesante para hablar.
A su mamá sin duda se la ganó, dejando al jugador de River expuesto confesó que no paraba de hablarle sobre su linda vecina, amiga y compañera de trabajo.
Charlar con el abuelo era un cago de risa total, daba las gracias de saber un poco de Italiano, facilitaba la comunicación a veces.
El gol de Colidio llegó a los seis minutos del primer tiempo, seguido a los veinte por uno de borja.
Nadie podía creer el resultado, todos orgullosos y felices en la cancha, el canto de los hinchas motivaba a Antonella a cantar también.
Su mirada se conectó con la de su vecino el rubio, tenían una charla pendiente y ambos lo sabían. No es que las cosas estuvieran mal ¿No? Hoy pudieron intercambiar pocas palabras y un saludo casi seco, no como los de siempre.
Cuando se dió por finalizado el partido y River ganando cinco a cero sobre Vélez, lo que significaba juntada en la casa de Paulo Díaz, la familia junto con Antonella esperaron al mensaje de Nicolás para bajar al estacionamiento e irse todo juntos.
─¡Ya estoy! ─gritó el número cuatro mientras corría hacia donde se encontraba su familia, y Anto, esperándolo
─Hijo, así con el pelo mojado te vas a enfermar corazón ─lo retó su mamá envolviéndolo en sus brazos, los demás solo rieron
─Yo me voy por mi cuenta ─avisó la rubia una vez que llegaron al extenso lugar lleno de autos, Fonseca asintió sonriendole. Se acercó a dejar un beso en la frente de la chica agarrando sus brazos y apretandolos de emoción
─Tengo que hablar con vos, si puede ser hoy, mejor ─respondió el uruguayo separándose, Antonella asintió intrigada y caminó hacia su auto para emprender viaje
La casa de Paulo estaba a casi media hora del Monumental, media hora en la que ese “Tengo que hablar con vos” de Nico, no se le pudo salir de la cabeza.
─Señorita Solares, un gusto tenerla de nuevo en esta casa ─bromeó el chileno cuando abrió la puerta y se encontraron ahí, se saludaron con un abrazo y todos entraron. Saludó a todos los presentes, o mayoría de ellos quería creer
Las juntadas Riverplatenses siempre eran cómodas y en un ambiente en el que se disfruta la compañia del otro a tu lado. Anto hablaba alegremente con las hijas de Pirez mientras ellas le mostraban sus nuevas muñecas.
─Esta se parece a vos, mirá ─dice la mayor acercando la muñeca quedando al lado de la cara de la rubia, ella sonríe contenta ─¿O no que sí, Nico? ─pregunta mirando arriba, donde se encontraba el futbolista mirando a las tres chicas jugar
─Sí, hermosas las dos ─responde, refiriéndose al parecido entre Antonella y el juguete de la niña. Toma asiento en el piso junto a su vecina y sonríe pasándole su copa de vino, ella acepta gustosa
Media hora después, llegando la hija del Pity, las Pirez la incluyeron en el juego prestándole sus muñecas. Nico y Anto aprovecharon el entretenimiento de las menores entre ellas y silenciosamente empezaron a escabullirse entre la gente hasta el patio.
─¿Como te fué el otro día que fuiste a ver a tu amigo jugar? ─pregunta el uruguayo mirándola de reojo, confundida pero sabiendo a lo que se refería contestó
─No importa ahora. ¿Qué tenés que decirme? Eso quiero saber yo ─responde acercándose a él, buscando su mirada. Al encontrarse, ambos sonríen
─La otra noche en tu casa.. que casi nos besamos.. ─empieza él vagando, suspirando en cada palabra y evitando mirarla ─Yo.. yo quería besarte, no por algo estábamos tan cerca y no dije nada ─finaliza posando sus ojos en la rubia quien al escuchar eso procesaba todo prestándole atención
─Yo también tenía ganas de besarte.. pero después.. ya no era lo mismo para volver al momento creo ─confiesa Antonella subiendo y bajando sus hombros mientras muerde su labio inferior, Nicolás asiente entendiendo su punto
El jugador lentamente se acerca rozando las yemas de sus dedos por el brazo de la chica, al sentir su toque un escalofrío recorre su cuerpo y un sentimiento nuevo inunde en ella.
─¿Es el momento? ─pregunta él subiendo su mano hasta quedar en la mandíbula y acariciarla suavemente
─¿Tendrías que preguntar eso? ─responde ella pasando ambos brazos por su nuca y acariciando el pelo que crecía por ahí
Comparten una mirada recargada de amor y admiración, disfrutando de tenerse el uno al otro solos ahí afuera.
Nicolás cierra sus ojos mientras se acerca a Antonella cariñosamente para posar sus labios sobre los de ella, podría decir que la mejor decisión que ha tomado en un largo tiempo.
El beso con emociones mixtas por parte de los dos se vuelve romántico y largo, como en la iglesia cuando al marido le permiten besar a la novia y sus ojos brillan de la felicidad.
Así miraba Nico toda la noche a su.. ahora más que amiga se podría decir. No era novedad para los invitados darse cuenta que estos dos algo tenían, más al ver el labial sobre los labios de su compañero que no pertenecía a él.
Todavía había cosas por las que hablar, como por ejemplo, que eran ahora mismo, empezando una etapa juntos, pero disfrutaban cariñosamente lo que quedaba de la noche yendo de un lado a otro juntos, abrazados, compartiendo miradas o palabras, había tiempo para hablar y crear la historia más adelante.
─¿Qué te dije yo en el micro? ─le pregunta Enzo, el ex talleres, mirando a Colidio sentado a su lado mientras comía una costilla, el número once de River se limita a reír y rodar sus ojos recordando que él aseguraba que terminaban juntos
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no lo puedo creer.. 10k de vistas.. justo cap 10 omg
estoy feliz y orgullosa, muchas gracias por el apoyo y amor en cada cap. ♥︎
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nena, nicolás fonseca
Teen Fiction┃nena, yo quiero con usted ser caballero, deja que pase pues que pase lo que tenga que pasar . . .