Capitulo 9

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Me tenía que levantar, en la noche Cristhoper me había dicho que nos viéramos hoy, me invito a cenar.

Mi mamá me vio que estaba hablando con él, sin embargo solo dijo que convencería a mi padre de que me deje hablar con él, estaba segura de que lo convencería, conocía a mi madre, cuando se proponía algo lo lograba.

Igual a su hija.

Era verdad, mi madre y yo teníamos eso en común,—aparte de que fuéramos igual de cuerpo, ojos, gustos musicales, entre otras cosas—Éramos demasiado testarudas, si queríamos algo, lo conseguíamos, fuera lo que fuera.

Con mi padre era diferente, Arón era quien se parecía a él, sus ojos cafés, pelonegro, alto, blanco, no nos parecíamos, pero somos tan unidos, pase lo que pase, nunca nos dejaríamos solos, él siempre a estado para mi, y yo para el.

Es una especie de mejor amigo y hermano, cuando se lo propone puede acabar con la poca paciencia que tengo, y otras veces, simplemente es un amor, puede llegar a ser eso al mismo tiempo, puede molestarme con amor.

Chica, si sigues así no llegarás a tu cita.

Cierto, eran las cuatro de la tarde, y no es que sea la más rápida alistándome.

Aliste la ropa antes de bañarme, un vestido rojo, unas zapatillas de tacón color negro, unos aretes dorados al igual que el collar.

Me fui a bañar, estaba pensando en que me diría.

Cálmate, Jessie.

Le hice caso a mi conciencia.

Por primera vez en los 17 años que tiene de vida.

Cállate.

No.

¿Alguien que me diga cómo se apaga?.

Puse música, la dejé en aleatorio, empezó a sonar "Those eyes" la canción que sonó cuando nos dimos nuestro primer beso.

Me bañe y me fui directo a cambiarme.

¿Me maquillo o no? Llevaba preguntándome esto un buen rato.

De hecho, ya se habían hecho las cinco y veinte, necesitaba pensar, rápido.

Me maquillaría, solo un poco de labial, rímel y base.

Nada más.

Me maquille, y trate de peinarme, pero simplemente no podía.

Joder, que frustración.

—Hola.

—¿Cómo entraste?.

—No tienes seguro, tú me lo dijiste.

—Ah, es cierto.

—¿Que haces?.

—Tratando de peinarme.

—No sé mucho de peinados, pero cuando cumpliste tus quince años solo te ondulaste el cabello, podrías hacerlo de nuevo, te veías hermosa.

—Eres mi hermano, me dirás qué me veo bien aunque parezca zombie.

—Ni de coña de diría que te vez bien cuando te vez fatal.

—Gracias, ayudas demasiado.

—De nada.

—Era sarcasmo.

—Es que tú y tu sarcasmo no son tan buenos—puse los ojos en blanco—¿te vas a ondular el cabello o no?.

—¿Crees que me dará tiempo?.

Una vida a tu lado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora