Capitulo 13

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Cristhoper

Eran días de vacaciones, habíamos quedado con Jessie de ir a algún lugar.

No le dije donde, quería que fuera sorpresa, quería ver cuál sería su reacción, quería que todo fuera especial.

Pase a las 6:40a.m. Por ella, quería que llegáramos temprano, eran tres horas de viaje en motocicleta, así que no sería nada cómodo ni para ella, ni para mi.

Hice algunas paradas, para que ella fuera al baño, compráramos algo, comiéramos, etc.

Al final llegamos a las 10:57 de la mañana, fuimos al hotel donde nos quedaríamos esta semana, tenía todo preparado.

Donde la llevaría, que haríamos, que le enseñaría.

Todo.

—¿Que te pareció el lugar?, cariño.

—Está hermoso.

—¿Te gusto?.

—Demasiado.

—Eso me alegra, amor.

—Vamos a la habitación, luego vamos a algún lugar.

—Vamos.

Jessie

Era hermoso, era un hotel lujoso pero muy acogedor.

Nos recibieron muy bien, cuando nos trajeron al mostrador para que nos dieran la llave nos atendieron muy bien, la chica era encantadora.

Las paredes estaban pintadas de un blanco llegando a amarillo, habían plantas, un jardín y una piscina hermosa.

Llegamos a la habitación, estaba en el tercer piso, número 106, abrimos, era acogedora, había una sala con un televisor, sofás y una mesita.

Había un pasillo que se dirigía a el cuarto y el baño.

—Está hermoso, Alex.

—Que bueno que te gusto, Nicky.

—Si yo te digo Alejandro tú me dices Nicolle, ¿eh?.

—Exacto, cielo.

Te amo.

—Yo más, solecito, voy al cuarto a guardar todo, espérame en la sala si quieres.

—Esta bien.

Era increíble, estar con él, con él todo era paz, tranquilidad, era como estar en casa.

<<No eres suficiente para el>>.

<<Solo está jugando contigo, hija>>.

Dos pensamientos que no se habían ido de mi cabeza, aunque estuviera con él, siempre se me venían a la mente.

No podía, era difícil para mi, necesitaba decirle la verdad a Cristhoper, aunque esto signifique que pueda dejarme, tengo que hacerlo.

Merecía saber la verdad, una verdad que solo mi hermano y yo sabíamos, una verdad que había provocado tantas inseguridades y ansiedad en mi, algo que jamás había querido que pasara.

Era difícil decir o fingir estar bien cuando por dentro te estás rompiendo en pedazos, querer llorar y no poder.

Querer decirle y que las palabras se ahoguen en la garganta.

Querer poder ser feliz.

Me estaban sudando las manos, me costaba respirar, estaba temblando, un ataque.

—Amor, ¿donde guardó es...—las palabras murieron cuando me vio, él no sabía cómo calmarme o eso pensaba yo.

—Tranquila, siéntate, cálmate, aquí estoy yo.—ejerció fuerza en mis piernas para dejar de temblar y que pudiera calmarme, estaba llorando, y ahogándome a la vez por no poder respirar.—Tranquila Jessie, aquí estoy, tranquila.

Una vida a tu lado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora