Llaman a la puerta. Mi madre abre.
— Hola, INFJ. ¿Qué te trae por aquí?
¿INFJ?
— He venido a ver a INTJ. Dijo que se estaba aburriendo.
— ¿Hola?
Me acerco a ella. No entiendo nada.
— Hola, INTJ.
— ¿INFJ? ¿Pero qué córcholis estás haciendo aquí? Es mañana la reunión, no hoy.
— Ya lo sé. Pero como estabas aburrido, he decidido venir a hacerte compañía — dice con una sonrisa.
— ¿Queréis comer algo?
— En un rato, gracias.
— De acuerdo. INTJ, tenías que haberme avisado de que INFJ venía.
— Yo no sabía nada. En teoría venía mañana.
— Mañana también voy a venir.
INFJ y yo vamos a mi habitación. Tengo que alejarla de mis padres porque ellos no saben que mañana voy a llevarme a INFJ a comer pero ella se piensa que es un encuentro familiar.
— Tenía muchas ganas de verte.
— Yo también. Casi no hemos estado juntos este verano ni estas primeras semanas de universidad. ¿Le has dicho a tus padres que somos novios?
— Dijiste que ya se lo diríamos. Pero mis padres aún no pueden saberlo. ENFP sigue enamorada de ti, creo.
— Pues vaya. Pero mis padres sí que podían saberlo. Ellos ya lo saben de sobras. Y son muy pesados.
— Es que con ENFP es complicado. No quiero herirla, ¿sabes?
— Lo sé. ¿Y si se lo dices a tus padres y a ENFP no?
— No, no pienso hacer eso. Mis padres ya saben que ENFP está colada por ti, y les costaría mucho mantenerlo en secreto. Además, me dirían que soy una traidora porque yo nunca he comentado que me gustabas. Ellos se pensarían que estoy contigo para fastidiar a ENFP.
— Pero no es así. Igualmente, no me voy a meter con lo vuestro. Yo no tengo nada que ver y tú tienes derecho a hacer lo que quieras.
— Vale. Gracias por entenderlo.
— Pues claro que lo entiendo. Eres un trozo de pan, INFJ.
— No, no lo soy. Estoy engañando a mi propia hermana. Ella aún tiene esperanza de que la quieras.
— INFJ, tú estás haciendo lo que crees que es correcto.
— Ya, pero...
— No renuncies a la persona que amas por alguien que nunca conseguirá estar con ella. No hace falta que pienses en los demás, porque entonces te haces daño a ti misma.
— Lo sé, pero no puedo evitar pensar en estas cosas.
— INFJ, de momento esto será un secreto. Algún día ENFP se enterará. Y espero que sea dentro de mucho tiempo, cuando se haya desenamorado.
— Tienes razón. No se lo diré a nadie. Aunque... mañana voy a salir otra vez. ENFP tendría que saberlo. Tengo que decírselo de una vez por todas. No quiero que lo descubra y se enfade conmigo. Cuando vuelva a casa, se lo diré — dice decidida.
— ¿Seguro?
— Sí.
— Bueno, ¿vamos a merendar?
— Sí.
INFJ y yo salimos de mi habitación y nos encontramos con INTP.
— ¿Qué hacéis, tortolitos?
— ¿Y tú qué quieres ahora, IN? No estábamos haciendo nada. ¿Te recuerdo las cosas cursis que hiciste con INFP el curso pasado? Lo vimos todo.
— Oye, déjame.
— Y tú déjame a mí. Esto de ser un insensible es chungo cuando tienes novia — le digo a INFJ y nos vamos a la cocina.
Miércoles, están mis padres. Bueno, si INFJ dice algo de la reunión de mañana y mis padres dicen que no hay ninguna reunión, le diré a INFJ que están disimulando. Fácil.
— Hola, parejita.
— Jolín, ¿podéis parar?
— Perdón. Pero todos sabemos que te alegra mucho que INFJ sea tu novia.
— Bueno, tampoco tanto. Solo es el amor de mi vida, con quien me voy a casar y voy a tener dos hijos. Por cierto, ya les hemos elegido el nombre. A los dos.
— ¿Que qué? ¿Tan rápido?
— Pues claro. No voy a estar con nadie más, así que podemos planear lo que nos dé la gana — digo como si no me importase demasiado y me llevo a INFJ de la mano hasta la nevera —. ¿Quieres zumo?
— INTJ, no sabía que te lo habías tomado tan en serio.
— Tampoco es para tanto. Sois unos exagerados.
— INTJ, ¿eres consciente de que has planeado tu vida entera con INFJ?
— ¿Y?
— Tío, que la quieres de verdad.
— Vale. ¿Y?
— Es que tenía que ser INFJ. No podía ser ninguna otra chica. Tú no podrías estar con ninguna otra chica.
Miro a INFJ. Está mirando a mis padres y sonriendo. Parece incómoda.
— ¿Estás diciendo que nadie me soportaría?
— No, no digo eso.
— Bueno, dudo que haya otra que pueda soportarte — dice INFJ riendo.
— ¿Y a ti? Mamá, papá, no le hagáis caso. Es una pesada, tío, una pesada total.
Mis padres se miran riendo.
— Qué parejita tan mona.
— Que os calléis, pesados. Os odio, os odio a todos. Bueno, INFJ, ¿quieres zumo?
— ¿De qué es?
— Hay de piña, de naranja, uno raro importado de no sé dónde...
— Este parece caro. Mejor me tomo el de naranja.
— Espero que mañana no estén así todos.
— ¿Los zumos?
— No, mi familia.
— Ya. Eso tiene más sentido.
— Como ya te conocen, te hablarán con más confianza, lo que significa que hablarán más. Son muy pesados.
— Ya. Al menos hoy estaremos solos y tranquilos.
Estaremos solos hoy y mañana, pero tú aún no lo sabes.
Acabamos de merendar y nos quedamos en el comedor.
— ¿Qué hora es? Debería irme ya.
— Bueno, mañana nos volveremos a ver. Me ha gustado mucho tu visita inesperada, INFJ.
Ya tendrás tú también un momento inesperado.
— Hasta mañana.
— Hasta mañana.
— ¿Mañana? — pregunta mi madre.
— ¿Que tu madre no sabe lo de la reunión?
— Está disimulando porque cree que no te lo he dicho todavía.
— Ah, vale. Adiós, INTJ.
— Adiós.
INFJ cierra la puerta y se va. Ahora tendré que explicarles a mis padres que mañana nos vamos a cenar a un restaurante.
— INTJ, ¿de qué reunión habláis?
— Ahora te lo explico.
ESTÁS LEYENDO
Historias del MBTI para leer si no puedes dormir (parte 2)
FanfictionEsta es la segunda parte de "Historias del MBTI para leer si no puedes dormir" porque tenía demasiados capítulos y era mejor dividirla. En esta segunda parte, los años pasan más rápido. Esta historia se centrará más en la vida de INTJ e INFJ porque...