CAPÍTULO 5

11 0 0
                                    

Llaman a la puerta. Mi madre abre.

— Hola, INFJ. ¿Qué te trae por aquí?

¿INFJ?

— He venido a ver a INTJ. Dijo que se estaba aburriendo.

— ¿Hola?

Me acerco a ella. No entiendo nada.

— Hola, INTJ.

— ¿INFJ? ¿Pero qué córcholis estás haciendo aquí? Es mañana la reunión, no hoy.

— Ya lo sé. Pero como estabas aburrido, he decidido venir a hacerte compañía — dice con una sonrisa.

— ¿Queréis comer algo?

— En un rato, gracias.

— De acuerdo. INTJ, tenías que haberme avisado de que INFJ venía.

— Yo no sabía nada. En teoría venía mañana.

— Mañana también voy a venir.

INFJ y yo vamos a mi habitación. Tengo que alejarla de mis padres porque ellos no saben que mañana voy a llevarme a INFJ a comer pero ella se piensa que es un encuentro familiar.

— Tenía muchas ganas de verte.

— Yo también. Casi no hemos estado juntos este verano ni estas primeras semanas de universidad. ¿Le has dicho a tus padres que somos novios?

— Dijiste que ya se lo diríamos. Pero mis padres aún no pueden saberlo. ENFP sigue enamorada de ti, creo.

— Pues vaya. Pero mis padres sí que podían saberlo. Ellos ya lo saben de sobras. Y son muy pesados.

— Es que con ENFP es complicado. No quiero herirla, ¿sabes?

— Lo sé. ¿Y si se lo dices a tus padres y a ENFP no?

— No, no pienso hacer eso. Mis padres ya saben que ENFP está colada por ti, y les costaría mucho mantenerlo en secreto. Además, me dirían que soy una traidora porque yo nunca he comentado que me gustabas. Ellos se pensarían que estoy contigo para fastidiar a ENFP.

— Pero no es así. Igualmente, no me voy a meter con lo vuestro. Yo no tengo nada que ver y tú tienes derecho a hacer lo que quieras.

— Vale. Gracias por entenderlo.

— Pues claro que lo entiendo. Eres un trozo de pan, INFJ.

— No, no lo soy. Estoy engañando a mi propia hermana. Ella aún tiene esperanza de que la quieras.

— INFJ, tú estás haciendo lo que crees que es correcto.

— Ya, pero...

— No renuncies a la persona que amas por alguien que nunca conseguirá estar con ella. No hace falta que pienses en los demás, porque entonces te haces daño a ti misma.

— Lo sé, pero no puedo evitar pensar en estas cosas.

— INFJ, de momento esto será un secreto. Algún día ENFP se enterará. Y espero que sea dentro de mucho tiempo, cuando se haya desenamorado.

— Tienes razón. No se lo diré a nadie. Aunque... mañana voy a salir otra vez. ENFP tendría que saberlo. Tengo que decírselo de una vez por todas. No quiero que lo descubra y se enfade conmigo. Cuando vuelva a casa, se lo diré — dice decidida.

— ¿Seguro?

— Sí.

— Bueno, ¿vamos a merendar?

— Sí.

INFJ y yo salimos de mi habitación y nos encontramos con INTP.

— ¿Qué hacéis, tortolitos?

— ¿Y tú qué quieres ahora, IN? No estábamos haciendo nada. ¿Te recuerdo las cosas cursis que hiciste con INFP el curso pasado? Lo vimos todo.

— Oye, déjame.

— Y tú déjame a mí. Esto de ser un insensible es chungo cuando tienes novia — le digo a INFJ y nos vamos a la cocina.

Miércoles, están mis padres. Bueno, si INFJ dice algo de la reunión de mañana y mis padres dicen que no hay ninguna reunión, le diré a INFJ que están disimulando. Fácil.

— Hola, parejita.

— Jolín, ¿podéis parar?

— Perdón. Pero todos sabemos que te alegra mucho que INFJ sea tu novia.

— Bueno, tampoco tanto. Solo es el amor de mi vida, con quien me voy a casar y voy a tener dos hijos. Por cierto, ya les hemos elegido el nombre. A los dos.

— ¿Que qué? ¿Tan rápido?

— Pues claro. No voy a estar con nadie más, así que podemos planear lo que nos dé la gana — digo como si no me importase demasiado y me llevo a INFJ de la mano hasta la nevera —. ¿Quieres zumo?

— INTJ, no sabía que te lo habías tomado tan en serio.

— Tampoco es para tanto. Sois unos exagerados.

— INTJ, ¿eres consciente de que has planeado tu vida entera con INFJ?

— ¿Y?

— Tío, que la quieres de verdad.

— Vale. ¿Y?

— Es que tenía que ser INFJ. No podía ser ninguna otra chica. Tú no podrías estar con ninguna otra chica.

Miro a INFJ. Está mirando a mis padres y sonriendo. Parece incómoda.

— ¿Estás diciendo que nadie me soportaría?

— No, no digo eso.

— Bueno, dudo que haya otra que pueda soportarte — dice INFJ riendo.

— ¿Y a ti? Mamá, papá, no le hagáis caso. Es una pesada, tío, una pesada total.

Mis padres se miran riendo.

— Qué parejita tan mona.

— Que os calléis, pesados. Os odio, os odio a todos. Bueno, INFJ, ¿quieres zumo?

— ¿De qué es?

— Hay de piña, de naranja, uno raro importado de no sé dónde...

— Este parece caro. Mejor me tomo el de naranja.

— Espero que mañana no estén así todos.

— ¿Los zumos?

— No, mi familia.

— Ya. Eso tiene más sentido.

— Como ya te conocen, te hablarán con más confianza, lo que significa que hablarán más. Son muy pesados.

— Ya. Al menos hoy estaremos solos y tranquilos.

Estaremos solos hoy y mañana, pero tú aún no lo sabes.

Acabamos de merendar y nos quedamos en el comedor.

— ¿Qué hora es? Debería irme ya.

— Bueno, mañana nos volveremos a ver. Me ha gustado mucho tu visita inesperada, INFJ.

Ya tendrás tú también un momento inesperado.

— Hasta mañana.

— Hasta mañana.

— ¿Mañana? — pregunta mi madre.

— ¿Que tu madre no sabe lo de la reunión?

— Está disimulando porque cree que no te lo he dicho todavía.

— Ah, vale. Adiós, INTJ.

— Adiós.

INFJ cierra la puerta y se va. Ahora tendré que explicarles a mis padres que mañana nos vamos a cenar a un restaurante.

— INTJ, ¿de qué reunión habláis?

— Ahora te lo explico.

Historias del MBTI para leer si no puedes dormir (parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora