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Su andar era lento, sentía su propio cuerpo caer ante el dolor, pero incluso con ello no hiba a detener, buscando lo que más le importaba

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Su andar era lento, sentía su propio cuerpo caer ante el dolor, pero incluso con ello no hiba a detener, buscando lo que más le importaba.

Probabilidad de sus hermanos estén muertos era alta.

Probabilidad de que su gente este murta era alta.

Probabilidad que el sea asesinado, era baja.

Probabilidad que arebaten a sus hijos, era alta.

Al llegar a la habitación, abrió con calma la puerta, divisando al hombre de rasgos europeos, mientras en sus brazos hacían dos pequeños dormidos al compás de los gemelos a un lado de la cama.

——¿Como te encuentras? -susurro.

——Podría estar mejor, perdí mi territorio y el tuyo fue destrozado por dos bombas atómicas...probablmente me estén buscando como locos en mis tierras.

——Lo sé. -se acercó cerrando tras suyo la puerta, para finalmente sentarse al lado de su esposo. ——Lo lamento, me eh dejado llevar por el poder y acabe estropeando todo.

——Era de esperarse, de todas formas hiba a entrar de una ou otra manera, estaban buscando mi cabeza, para mostrar su victoria, maldición, siquiera pude estar en mis tierras para seguir tratando. -fruncio el ceño, para soltar un suspiro, mirando a los pequeños dormir en su pecho. ——Al menos ellos están bien.

——Si, pero hay posibilidad que no los intentes arrebatar. -fue sinceró, directo a lo que quería hablar. ——¿Que piensas hacer?

——Probablemente esperar mi muerte. -respondió tranquilo. ——Es una pena abandonar a estos pequeños, pero amenos que consigua un trato no creo que me dejen con vida.

——¿No eres tú de los planes demenciales?

——Amenos que quieran utilizar mis planes necesitan la ayuda de SS, pero el ya está muerto, luego de cumplir mis órdenes al igual que el resto mis organizaciones. -sonrió divertido. ——Al final no eres el único que tienen al un pueblo tan fiel que son capaces de suicidarse por ti, depués de todo, no hay vida luego del Tercer Imperio.

——Bueno, yo ya cumpli mi meta, no me importa luego lo que pueda suceder, ¿Puedo besarte?

——Estamos casado, deja de preguntar, solo aslo. -rodo los ojos, para sentir los delegados labios contra el suyo, un beso casto, alejándose. ——Ahora quiero tener sexo.

——Es inapropiado, nuestros hijos están aquí, además tu no hacia mucho tuviste a los gemelos. -murmullo con cierta vergüenza.

——¿Que tu no eras de los piropos imbéciles? ¿Ahora te da vergüenza?, pero cuando me mandabas poemas sexuales como palabras indebidas muy bien no había vergüenza. -le pequizco la mejilla.

——Auch, esque nuestro hijos están aquí. -miro de reojo a los gemelos mayores los cuales dormían, para volver su vista hacia los pequeños tricolor los parecían igualmente destacando en el pecho del carmín. ——¿Por que son tricolores?

——Antes de ser Alemania naz* era República de Weimar, cambie de color al no tener hijo en aquel momento y por ello yo seguí al poder. -comentó con calma. ——Si nos tuviera, probablemente me obligarían a cambiar para tener y dividir las tierras. -suspiro, para finalmente mirar el techo. ——Estoy feliz por muy jodido que estemos.

——Te amo. -susurro el japonés. ——Soy un Imperio Importante, no me van a matar, pero mi preocupación eres tú, no tengo como ayudarte, eso me fastidia.

——Tranquilo, veré como sobrevivir, si las ratas judías lo lograron un buen tiempo, no veo el como yo no pueda.

Ambos se miraron, sabiendo lo que todo cargo sería impuesto, la única esperanza en sus pechos sería si pudieran vivir, sea en ese mundo ou en el infierno.

——Te esperaré.

——Eres patético. -soltó con burla. ——Si muero estas esperando a lo idiota.

——Estas muy dócil, pero no importa, te conozco, se lo que esperas de mi. -beso la frente del contrario. ——Eres mio, solo debes seguir seguro de ello.

——Bueno, no me puedo quejar.

Ambos miraron sus anillos, simplemente donde simbolizaba su union física y espiritual.

——Hola guapo, ¿A que hora usted va a por la compra? Grrr~

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——Hola guapo, ¿A que hora usted va a por la compra? Grrr~

El de piel carmín miro extrañado aquello, para soltar una leve risa, apenas volvían a verse luego de un maldito siglo y su esposo le venía con tal espuditez.

——No se si prefiero lo antiguo ou voy a fingir que no escuche eso.

——Es para llamar tu atención y ahora que la tengo te invicto esta noche una cena bajo la Luna, en tu lugar favorito osea mi casa. Grrr~

——¿Que carajos tienes con el Grrr?

——Mis hermanos no vivos actualmente, dijieron que funcionan para ser más sexys y atractivos en los cumplidos. -comentó con una leve inocencia.

——Creo que se estaban burlando de ti.

——No importa, ahora te tengo como siempre quise, asique funcionó. -respondió con si típica expresión de poker.

El alemán rodo los ojos, para acorralar al contrario contra la pared, sus manos tomaron al mayor de la cintura para acercar sus cuerpo, sus labios en cercanía del oído del contrario.

——Eres como el chocolate irresistible y adicto, ¿Que cosidencia es algo que me encanta probar, no quieres dejar que te disgusto toda la noche? Grrr~ -se alejó con calma plantando un rápido beso en los labios contrarios para comenzar a irse a su habitación.

El japonés sintió su cara arder, para rápidamente ponerse en posición firme y caminar a pasos levemente rápidos tras el carmín, ignorando las marcas del resto de los países que estaban en el mismo hotel.


Fin

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Fin.

Nota: ¡Gracias a todos los lectores, espero que disfrutarán esta pequeña historia!

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