Celos

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Cuando ellos se conocieron no se llevaban nada bien, pero con el tiempo cada vez se comprendían más, conscientes o inconscientes, se apoyaban, se protegían el uno al otro sin siquiera pensarlo.

Él jamás la vio llorar porque ella nunca lo permitió, pero las lágrimas eran necesarias, ella se estaba liberando del cúmulo de emociones de los últimos tres años.

Sarada: por qué siempre tienes que ser tú?

Boruto: qué?

Sarada: tu vida siempre esta en peligro idiota...

Él era consciente que ella se preocupaba por él, pero nunca fue capaz de entender cuánto.

Boruto: ... lo siento, pero es mi trabajo como el futuro protector de la Novena Hokage...

La Uchiha entendía el objetivo del Uzumaki desde el día en que se convirtió en discípulo del patriarca Uchiha, pero eso no quitaba lo mucho que se preocupaba por él.

Sarada: cállate tarado

Boruto: jaja 😅 no te enojes en tu cumpleaños.

Agarrando el pastelillo en sus manos lo puso a la vista de la pelinegra que lo había empujado para cruzarse de brazos mirando a la nada tratando de disfrazar su nerviosismo.

Sarada: mmm sabor?

Boruto: té negro

Sarada: de verdad!!??... Mmm quiero decir, esta bien, lo acepto

Después de disfrutar del pequeño pastelillo, el rubio sacó otra cosa que traía para celebrar.

Boruto: mira, esto lo dejó la vieja Tsunade en el laboratorio.

Sarada: eeee!! La señora Tsunade?

Boruto: Sí, cuando estaba entrando al laboratorio lo vi y lo tomé sin que se dieran cuenta.

Sarada: lo robaste...

Boruto: que!!? No, solo quería probar

Se trataba de una botella de sake sellada, una de las tantas que deja olvidada la quinta Hokage cuando va al laboratorio a supervisar heridos o aprendices de ninja médico.

Sarada: mmm no sé si deberíamos

Boruto: tranquila!! Estoy seguro que los adultos solo exageraban para que tuviéramos miedo.

Sarada: tú ya lo probaste?

Boruto: no, pero ahora los dos tenemos dieciocho no?

Sarada: ... mmm creo que tienes razón...

Genuinamente el rubio creía que sería un refresco y que las advertencias eran solo exageraciones, así que se dispuso a tomar un gran sorbo llegando casi a la mitad de la botella.

Boruto: tú turno

La pelinegra en son de competencia decidió tomar lo que quedaba del sake.

Sarada: aajj esa cosa quema!

Boruto: jajajja creí que no querías

Sarada: no me iba a dejar ganar por un perdedor

Boruto: mmjmm... cada día te pareces más a tu papá.

Sarada: sisi...

Y así ea como comenzó una noche de conversaciones triviales, bromas y un par de golpes...
las risas ya salían sin más, el sonrojo se asomó en el rostro de ambos por el alcohol en sus cuerpos...

Sarada: oi Boruto... me siento mareada...

Con los sentidos aturdidos, el rubio vió como su compañera se iba hacia atrás apunto de caer del árbol y aunque la sostuvo, con lo ebrio que estaba ambos cayeron del árbol, pero el se puso como amortiguador al tocar el suelo.

(Boruto y Sarada) SOLO POR TI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora